1: La pequeña Laura

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La pequeña Laura


   Laura era una niña muy desobediente. Una tarde le dijo a sus padres que ella quería ir a jugar a un parque, pero ellos le dijeron que no podían llevarla y ella no podía ir sola.

   Ella se molestó y se fue a su habitación, mientras sus padres estaban ocupados ella se escapó de la casa y se fue al parque. Ya había caminado mucho hasta que por fin llegó. Habían muchos juegos esperando a que ella los usara; columpios, toboganes, arena, entre otros. Primero fue a jugar en la arena, encontró allí una pequeña pala y una cubeta así que fue a buscar un poco de agua en la fuente que estaba en el centro del parque. Al llegar a la fuente recordó que no tenía en qué llevarse el agua, así que se puso a buscar y cerca encontró una botella plástica, la cual usó para llevar agua. La llenó y se fue a jugar con la arena, hizo y desbarató un castillo como tres veces hasta que ya no le parecía divertido y decidió jugar en el tobogán.

   Subía las pequeñas escaleras y se deslizaba por el tobogán una y otra vez, hasta que ya no le parecía divertido y estaba empezando a oscurecer y había decidido regresar a casa.

   Mientras tanto en la casa, su madre subió a la habitación a buscar a Laura para cenar, pero no la encontró. Sus padres buscaron por toda la casa pero no la pudieron encontrar, así que decidieron salir a buscarla.

   Cuando Laura estaba en frente del parque empezó a sentir miedo porque no recordaba el camino a casa y pensó que si hubiera obedecido lo que dijeron sus padres, no estaría perdida en ese momento, y empezó a llorar.

   —¡Mamá! ¡Papá!— gritaba Laura —¡Ayuda!

   La pequeña Laura se sentó en la tierra mientras lloraba, estaba muy triste, con hambre y extrañaba a sus padres, además de que también tenía frío.

   Los padres de Laura ya se encontraban cerca y lograron verla, así que corrieron para llegar más rápido hacia ella.

   —¡Laura!— dijeron sus padres al mismo tiempo, ella levantó la cabeza y empezó a correr para alcanzarlos.

   —¡Lo siento mucho!— dijo Laura a sus padres sin dejar de llorar. Sus padres también lloraron, en especial su madre, y luego regresaron a casa, cenaron, mandaron a Laura a bañarse y la pusieron de castigo.

   Laura aceptó su castigo porque sabía que lo que había hecho estaba mal. Ella prometió que no sería desobediente otra vez, y luego se fue a dormir.

Fin.

Enseñanza

   Debemos ser obedientes, en especial, debemos obedecer a nuestros padres. Ellos quieres lo mejor para nosotros, y aunque a veces no nos dejen hacer lo que queremos, lo hacen porque nos quieren cuidar y nos aman.

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