Capítulo 4

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Cuando llegue al hospital me mandaron al tercer piso. En cuanto las puertas del ascensor se abrieron divisé a dos personas en la sala de espera y maldije para mis adentros. Esta no era la forma en que esperaba conocer a mis suegros.

-Disculpen, señor y señora Baker? -Yo solo los había visto en fotos así que no estaba del todo seguro que fueran los padres de Gemma.

-Tu eres Noah? -La mujer se puso de pie. Que supiera mi nombre me confirmaba que eran ellos.

-Si señora, como está Gemma?

-Estable ahora, pero tuvieron que hacerle algunas transfusiones. Perdió mucha sangre.

-Puedo pasar a verla?

-Ehh... No es horario de visitas, puedes...

-No. -El hombre la interrumpió y se paró enfrente de mí, su mirada evaluándome. -No te quiero cerca de mi hija.

-Por favor señor Baker, necesito verla. -A estas alturas ya no me importaba tener que rogar, la imagen de Gemma en un charco de sangre me atormentaba y sabía que no podría estar tranquilo hasta que mis propios ojos la vieran bien.

-No me importa lo que necesites. Es tu culpa que ella este aquí! La policía nos contó lo que pasó. Mi hija no es ninguna mujerzuela para que la lleves a esos lugares, que te quede claro! Y no volverás a verla.

Apreté mis manos en puños y me mordí la lengua para no hablar de más. No podía contarle la verdad y aunque pudiera eso no ayudaría, probablemente empeoraría la situación.

-Si ella me lo pide entonces me alejaré. Pero mientras tanto pienso mantener mi promesa. Volveré cuando sea horario de visitas.

Sin esperar una respuesta de su parte le di la espalda y caminé hacia el mostrador al lado del ascensor. Pregunté por el horario de visitas y entonces me retiré. Volvería a las 3 de la tarde y entraría a verla, aunque fuera la última vez.

***

-Noah! -Mi pequeña hermana me abrazó en cuanto atravesé la puerta de mi habitación en la residencia de la universidad. Sus ojos se humedecieron y su boca hizo un puchero.

-No llores Aby, estoy bien. -Me agache a su altura y la alcé en mis brazos sin esfuerzo, era bastante pequeña para tener ocho años. Sus brazos y piernas me rodearon y sentí sus lágrimas mojar mi hombro. - Shh, te dije que vendría por ti.

-Hola amigo. Te estábamos esperando. -Max se levantó de la cama y se acercó. -Te ves fatal.

-Sí, necesito una ducha. -Besé la frente de Abby y acaricié su pelo. -Escucha nena voy a bañarme ahora y después te llevaré a almorzar te parece?

-Bueno. -Ella hipó.

-Porque no vas primero tu a lavarte la cara? -La bajé y ella camino hacia el baño.

Agarre el control del reproductor de música y lo encendí para poder hablar con Max sin que ella escuchara. Le hice un resumen de los acontecimientos y el maldijo cuando termine.

-Tu tío es una basura para amenazar la vida de Aby. Tienes que hacer algo Noah, él va a venir a buscarlos.

-Sí, lo sé. Pero tengo un plan. Me prestas tu computadora?

***

-Quieres que compremos el helado camino al hospital? -Había llevado a Aby a almorzar en la cafetería de la universidad y ella se maravilló al ver tantas opciones de comida, pero se decepcionó cuando descubrió que no vendían helados.

-Si, quiero uno así de grande. -Exclamó abriendo sus brazos.

Sonreí. -No creo que vendan uno tan grande.

-Noah! -Me paralicé y los vellos de mi nuca se erizaron cuando escuché su voz.

Me giré y divisé a mi tío caminando en nuestra dirección, con dos de sus matones detrás. Me coloqué delante de Aby instintivamente.

-Qué haces aquí?

-Eh venido a cobrar mi deuda, tu qué crees?

-Yo no te debo nada. Me parece que te equivocaste de persona. -Dije firme.

-No te preocupes que ya me encargué de saldar la deuda monetaria. Sin embargo, nosotros teníamos un trato y no lo cumpliste, armaste un tremendo problema. Vas a tener que seguir trabajando si quieres proteger a esa muñequita. -Su mirada se dirigió a Abby y la sentí aferrarse a mi campera.

-No te debo nada. Podría haberle dicho todo a la policía anoche pero no te delaté. Creo que estamos a mano.

-Eso porque sabes lo que te conviene. -Se cruzó de brazos. - Pero no estamos a mano. Los dos van a venir conmigo, si te comportas dejaremos a la niña en su casa. Mi hermana estaba muy preocupada esta mañana cuando no la encontró para llevarla al colegio.

Si claro! Mi madre ni siquiera sabía que Aby iba al colegio. -No. -Pude escuchar a mi hermana sollozando. -No vamos a ir a ningún lado contigo. Y si vuelves a acercarte a nosotros vas a caer. -Saqué una hoja doblada del bolsillo de mi chaqueta y se la tendí.

Él la abrió y su ceño se frunció al leer el contenido. -Qué es esto? Estás amenazándome?! -Su mano se hizo un puño arrugando el papel.

-Estoy advirtiéndote. Esa es solo una parte del archivo que escribí con todos tus movimientos, tus escondites, los nombres de los testaferros, los políticos que sobornas y... -Dirigí mi mirada a los dos hombres a su espalda. -Los nombres de todos y cada uno de los hombres que trabajan para ti, adjuntando los casos en los que están involucrados. -Volví la mirada a mi tío. -Quien diría que sería tan provechosa la participación que me diste en tu negocio? -Me aclaré la garganta y seguí. - Si lástimas o te acercas a Aby, a Gemma o cualquier persona que me importe todo sale a la luz. Y ni siquiera pienses en venir a por mí, el archivo está programado con una contraseña que tengo que introducir cada veinticuatro horas para evitar que se publiqué. -Mis clases de programación por fin habían resultado útiles para algo más que para aprobar un parcial.

Una vena palpitaba en su cuello y tenía ambas manos en puños.

-Mientras que te asegures de que esto no salga a la luz me mantendré alejado. -Refunfuñó entre dientes. Entonces me dio la espalda y camino con sus matones al lujoso auto negro que llamaba la atención en el estacionamiento universitario.

No relajé mi postura hasta que vi el auto perderse entre el tráfico. Entonces me giré y vi el rostro de Aby pálido, sus mejillas húmedas y sus ojos llorosos. No volvería a separarme de ella. Pelearía por su custodia si era necesario, aunque dudaba que mi madre se oponga a que me la llevara a vivir conmigo.

-Ya no te preocupes nena. -Sequé sus lágrimas con mis pulgares. -No volverá a molestar.

Ella se abalanzó hacia mí y sus brazos rodearon fuertemente mi cuello. -Te quiero Noah.

-También te quiero Aby.-Murmuré correspondiendo su abrazo. 






Hola personitas! Bienvenidos a los nuevos lectores :)

Que tal el capítulo? Les recuerdo que esta es una historia corta, así que solo queda un capítulo y el epílogo.

Hasta la semana que viene! Espero sus estrellitas y comentarios ❤

Noah [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora