Eran las tres y cinco cuando entré al hospital con Aby. No vi a los padres de Gemma en la sala de espera y pregunté a una enfermera por el número de habitación.
-Es usted familiar?
-Soy su novio.
-Lo siento, por ahora solo tiene permitidas las visitas de la familia directa.
-Puedo saber cómo sigue?
-No puedo darle ninguna información si usted no es familiar.
-Maldición es mi novia! Necesito saber si está bien.
-No levante la voz, hay pacientes descansando. -Joder! Que mujer tan gruñona. No podía haberme cruzado una enfermera más amable?
-Mierda bien, al menos podría llevarle un presente de mi parte?
-Flores no.
-De acuerdo, no comprare flores. Enseguida vuelvo.
Me dirigí junto a mi hermana a la tienda de obsequios que había a la entrada del hospital.
-Gemma va a estar bien? -Preguntó Aby mientras recorríamos el pequeño local- No quiero que le pase nada, ella me cae bien.
Sonreí. - Se va a recuperar nena, no te preocupes. Ahora, me ayudas a elegir algo?
Ella asintió. -Puede ser un peluche?
-Supongo que sí.
Revisamos los que tenían a la venta y en cuanto vi el muñeco de nieve de felpa supe que Gemma lo amaría. Aparecía en una de sus películas favoritas, a pesar de que era una infantil de dibujos animados.
-Como se llamaba este? -Lo agarre del estante y se lo mostré a mi hermana.
-Olaf!
-Bueno, nos llevaremos a Olaf.
Pagué por el pequeño peluche y una tarjeta en la que simplemente escribí: "Este soy yo cumpliendo mi promesa. Mejórate pronto. Te amo."
Volvimos al tercer piso y le entregué el obsequio a la "amable enfermera" que me dijo q se lo entregaría en cuanto sus padres salieran de la habitación.
Me senté en las incómodas sillas de la sala de espera con Aby en mis piernas. Quería saber el estado de Gemma así que esperaría a que salieran sus padres para ver si conseguía que me dijeran algo más.
El señor y la señora Baker estuvieron en la habitación de su hija las cuatro horas que duraba el horario de visitas. Aby ya se había cansado de esperar y llevaba al menos veinte minutos pidiéndome que la llevara a por algo de comer.
-Ahora nos vamos nena, dame dos minutos. -La senté en la silla y me puse de pie acercándome a mis suegros.
-Hola señor y señora Baker, puedo saber cómo está Gemma?
-Estable. -Respondió cortante su padre, ni siquiera se molestó en saludarme.
-Está despierta?
-Sí, despertó unos minutos pero volvió a dormirse. -Me dijo la madre en un tono más amable que el de su esposo.- La mantienen sedada porque tiene que descansar.
-Ahh, claro.
-Noah ya podemos irnos? Tengo mucha hambre. -Mi hermana se colocó a mi lado haciendo pucheros.
-Ahora vamos nena. -Le sonreí y volví mi vista a los padres de Gemma. -Volveré mañana para saber cómo sigue.
-No te molestes.
-David! No hace falta que seas tan grosero.
-Como sea, iré por café. -El hombre se alejó refunfuñando hacia los ascensores.
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Noah [TERMINADA]
Short StoryUna noche puede cambiarlo todo, para bien o para mal. Obra registrada en Safe Creative © Código de registro: 1809098312700