Schön.「❆」ᴠʜᴏᴘᴇ

O8

Don't believe the lies they feed you.

💫

Mis piernas estaban sobre las de Taehyung. Mientras mis manos estaban posadas en sus muslos y las suyas en mi cintura, haciendo pequeños círculos. Me miraba detenidamente mientras cantaba en voz baja.

En cada pausa que hacía, se acercaba a dejar un pequeño beso en la comisura de mi boca.

Mi corazón bombeaba fuerte, enamorado, consumiendo toda su voz y equipándola en lo mas profundo de este.

Mientras escuchaba su voz de ángel, se me hacía difícil siquiera recordar por qué es que habíamos estado peleados.

Pero cuando su voz cesó, y nos hundimos en el silencio, lo recordé perfectamente.

Solo que esta vez no me aparté de sus brazos, contrario a eso, me arrastré un poco, y me pegué lo mas posible a él, dando cortos besos en su boca, mientras lo miraba con los ojos entrecerrados.

- Lo siento. - comenzó a susurrar, con voz arrepentida, posando las manos en mis mejillas y fundiéndonos en un beso más profundo. - De verdad lo siento. - repitió, besando mi nariz. - Lo siento mucho, hyung. - dijo una vez más, para luego pasar sus brazos rápidamente por mis hombros y abrazarme.

Prácticamente terminé sentado en su regazo, pasando mis brazos por su cintura y abrazándolo también.

- No dejes que las mentiras que tú mismo te inventas te alimenten. - murmuré cerca de su oído, volviéndolo abrazar más fuerte después de eso, toda la angustia de estar peleados se había disuelto.

Taehyung usualmente solía desconfiar y dudar mucho de sí mismo respecto a lo que mi madre se refería.

Todo lo que ella pudiera decir o hacer solía caerle como bomba. Y comenzaba a sentirse tan mal consigo mismo que terminábamos peleando, casi siempre.

Hoy no había sido una de esas pocas excepciones.

Luego de recibir una vídeo llamada de mi madre, la cual había sido atendida por Taehyung cuando estaba solo, comenzaron los problemas.

Apenas y pude escuchar que mi madre venía en viaje, a visitarnos unas horas de sorpresa. Pero el resto de la conversación me la había perdido.

Luego de cortar la llamada, Taehyung comenzó a ser condenadamente cortante, esquivándome cada vez que intenté hablarle.

Esa noche, habíamos dormido de espaldas al otro, porque yo ya estaba comenzando a molestarme, y él no parecía querer hablarme aún.

Por la mañana, debido a que mamá vendría por la tarde, le desperté, pidiéndole que se arreglara y ordenaramos todo para su llegada.

Sin embargo, el problema comenzó ahí.

- Ya te dije que te levantes.

- Y yo te dije que me dejes en paz.

- Y yo que te levantes.

Suspiré frustrado, e hice un mohín cuando lo vi ignorarme por completo. Dándose la vuelta y volviendo a tomar las sábanas.

En ese momento perdí los estribos.

- Pues jódete, Taehyung.

Salí de la habitación, dejándolo atrás, mientras me acerqué a la isla y me senté en un banco, tomando mi desayuno y tratando de recuperar la paciencia.