El sirviente «Yoonseok»

Capítulo 9

Supuso que habían llegado a su destino, porque había dejado de sentir los brincos del camino en malas condiciones, estaban muy probablemente en un camino pavimentado porque el vehículo avanzaba con mayor facilidad.

Se acomodó y se enderezó, era aún de noche, alrededor de las tres de la mañana o menos, los faroles indicaban que estaban frente a una construcción, la reja frente a ellos se abrió con un chillido del metal oxidado y el auto avanzó hacia dentro.

Hoseok tomó su maleta con fuerza y repasó mentalmente su plan, pasar desapercibido, acercarse, conquistar y matar, todo lo más rápido y disimuladamente posible. Cuando se detuvo por completo, abrió la puerta y sintió el asfalto firme antes de salir por completo.

Tragó saliva en cuanto vió la mansión de los Min, era mucho más grande que la de Seokjin, además se escuchaba el sonido del agua en grandes cantidades. ¡Los dueños tenían que ser asquerosamente millonarios como para tener un lago en su casa!.

Se sintió molesto, la gente de las demás castas tenían que mendigar por comida y agua, mientras los Soyuja no necesitaban siquiera salir de sus casas alguna vez en la vida porque dentro tenían todo. Tomó sus valijas y siguió a una mujer que esperaba frente a la puerta, lo estaba guiando a una sala fuera de la casa.

— Aquí es el hogar de las personas del personal — le instruyó, mientras le señalaba una cama en la esquina — dormirás, comerás e irás a cumplir todas tus necesidades en este lugar.

Asintió con la cabeza y siguió escuchando con atención.

— A menos que los amos lo indiquen, será tu estancia permanente. No puedes robar, faltar al respeto o hacer cosas malas si quieres que se te pague.

Dejó sus cosas en el colchón y se sentó, aún tenía demasiado sueño y suponía que al día siguiente sería su primer día trabajando.

— ¿De qué casta vienes? — le preguntó la mujer — no pareces de aquellos que están acostumbrados a el trabajo.

— Hoesa Sogae — respondió, quitándose los zapatos.

La mujer parecía sorprendida, no la culpaba, los Hoesa eran sólo personas de compañía, juguetes, ¿por qué uno tendría que trabajar como un sirviente?.

— Entonces no deberías estar aquí

— ¿Disculpa?

— Sí, eres de otra clase

Se encogió de hombros y se terminó de acostar en la cama.

— ¿A qué hora se levantan de mañana?

— En dos horas

Hoseok no respondió, se limitó a cerrar los ojos y dormir lo mas que pudo.

Cuando oyó ruido se levantó, las personas se estaban levantando o arreglando para comenzar con sus actividades; las mujeres se peinaban o arreglaban y algunos pocos chicos estaban poniéndose su uniforme.

— Ponte tu uniforme, debemos ir a trabajar nuevo — una de las mujeres le reprendió, viendo su rostro.

— Gracias — le respondió, levantándose​.

Cuando terminó de vestirse y acomodarse se dispuso a seguir a todas las personas hacía la casa, veía como todas se iban acomodando dentro; en la cocina, jardín, en la parte trasera, en la guardia.

La casa de los Min parecía una ciudad pequeña, con miles de obreros sólo para ellos.

Se quedó esperando una indicación que no parecía llegar, nadie le había dado idea del trabajo que haría en la casa, sólo sus metas.

— Oye tú, chico, ven a ayudar a mi hermano, se ha caído — un chico más bajo que él, con el cabello recogido en una coleta, le llamó.

Caminó hacia el y le reconoció como el hermano de Yoongi, vió que la escena estaba lejos de ser una caída, era un trasto roto.

— Perdona a mi hermano, sólo quiero que me ayudes a recoger esto roto, porfavor — dijo Min Yoongi.