- ¡Miren a quien tenemos aquí! Al delincuente.
- No soy delincuente.
- Zabdiel llegaste jus-to ¿Qué haces acá?
- ¿QUÉ HACES TÚ ACÁ? - ahora entendía porque no lo encontré en su casa ayer.
- No tiene porqué darte explicaciones.
- ¿Eres policía o eres abogado?
- ¿Me seguiste? - habló Christopher.
- No me hagas reír que importante no eres. Lo seguí a él.
- Dime qué necesitas, tengo prisa - hizo una pausa y abrazó a Christopher - tenemos prisa.
- Suéltalo.
- ¿Por qué? Christopher ¿Te molesta?
- Claro que no, menos de ti - lo abrazó por la cintura.
- ¿Qué mierda? Pensé que eras fácil pero no tanto.
- Ni te imaginas lo fácil que puedo llegar a ser.
- No me esperaba menos - respondí de inmediato.
- Zabdiel tengo todo listo ¿Entramos?
- Sí, vamos.
- No no no, tú no vas a ningún lado - tiré su brazo.
Comenzó a hablar con Zabdiel, no podía escuchar nada.
- Vamos - me dió un empujón sacándome del lugar - se me olvidaba que contigo todo es a la mala.
- Hey hey hey, no te pases.
- Camina - me tomó del brazo, maldita costumbre la suya.
Me guió hasta mi auto, a veces odiaba que tenga tanta fuerza.
- Deja de hacer escándalos Erick, estás colmando mi paciencia.
- ¡Uy qué sensible!
- Deja de comportarte cómo un niño - con sus dos manos en mi hombro sacudió mi cuerpo - ¿Que ibas a hacer?
- Que crees tú.
- Te metes con él y me vas a conocer - advirtió.
- ¿Acaso te gusta?
- Y SI FUERA ASÍ ¿QUE? - su cara estaba a centímetros de la mía.
- Tú eres mío.
- No lo soy, nunca lo fui.
- ¡CLARO QUE SÍ!
- No todo gira en torno a ti Erick, quédate con tus cosas, tus lujos, tu vida.
- Seré tu peor maldición ¿Sabes por qué? Porque te gusto, porque vivo en tu mente y porque me llevas en tu piel - toqué por encima el lugar donde estaba el tatuaje - podrán pasar muchos hombres en tu vida, pero siempre estaré yo ahí y eso te va a pesar toda tu maldita vida.
- No sabes cuánto me arrepiento de haber echo esa estupidez por ti - dijo entre dientes.
- Demasiado tarde, ahora - lo alejé de mi - disfruta, acuéstate con quien quieras, en algo si tiene razón tu amigo, puedo tener a los hombres que quiera y cuando quiera - me di vuelta para abrir la puerta cuando me arrinconó en ella.
- Pero nadie te lo hará como yo y eso te va a pesar - acercó su boca a mi oído - veremos quién busca a quien.
Lo ví alejarse hasta que entró a la casa. ¿En qué momento se volvió tan atrevido para responder?
Claro que yo no volvería a él, eso sería poco digno, si no le rogué antes mucho menos ahora.
- Te deseo toda la mala suerte del mundo - me fui de ahí, ya no tenía caso perder el tiempo, si no era él sería otro.
Esperaba con ansias que llegue la noche, alcohol, fiesta, chicos y más chicos.
Además ya era hora de volver a hacer negocios, recuperar mis contactos y darme una gran vida, después de todo me lo merezco.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra Lucha - Chriserick (Segunda Parte)
FanfictionLas personas como yo siempre tenemos nuestro as bajo la manga y al menos yo con las manos vacías no me quedaría. -NO SE PERMITEN ADAPTACIONES-