Capítulo 12

1.8K 203 56
                                    

- ¡Miren a quien tenemos aquí! Al delincuente.

- No soy delincuente.

- Zabdiel llegaste jus-to ¿Qué haces acá?

- ¿QUÉ HACES TÚ ACÁ? - ahora entendía porque no lo encontré en su casa ayer.

- No tiene porqué darte explicaciones.

- ¿Eres policía o eres abogado?

- ¿Me seguiste? - habló Christopher.

- No me hagas reír que importante no eres. Lo seguí a él.

- Dime qué necesitas, tengo prisa - hizo una pausa y abrazó a Christopher - tenemos prisa.

- Suéltalo.

- ¿Por qué? Christopher ¿Te molesta?

- Claro que no, menos de ti - lo abrazó por la cintura.

- ¿Qué mierda? Pensé que eras fácil pero no tanto.

- Ni te imaginas lo fácil que puedo llegar a ser.

- No me esperaba menos - respondí de inmediato.

- Zabdiel tengo todo listo ¿Entramos?

- Sí, vamos.

- No no no, tú no vas a ningún lado - tiré su brazo.

Comenzó a hablar con Zabdiel, no podía escuchar nada.

- Vamos - me dió un empujón sacándome del lugar - se me olvidaba que contigo todo es a la mala.

- Hey hey hey, no te pases.

- Camina - me tomó del brazo, maldita costumbre la suya.

Me guió hasta mi auto, a veces odiaba que tenga tanta fuerza.

- Deja de hacer escándalos Erick, estás colmando mi paciencia.

- ¡Uy qué sensible!

- Deja de comportarte cómo un niño - con sus dos manos en mi hombro sacudió mi cuerpo - ¿Que ibas a hacer?

- Que crees tú.

- Te metes con él y me vas a conocer - advirtió.

- ¿Acaso te gusta?

- Y SI FUERA ASÍ ¿QUE? - su cara estaba a centímetros de la mía.

- Tú eres mío.

- No lo soy, nunca lo fui.

- ¡CLARO QUE SÍ!

- No todo gira en torno a ti Erick, quédate con tus cosas, tus lujos, tu vida.

- Seré tu peor maldición ¿Sabes por qué? Porque te gusto, porque vivo en tu mente y porque me llevas en tu piel - toqué por encima el lugar donde estaba el tatuaje - podrán pasar muchos hombres en tu vida, pero siempre estaré yo ahí y eso te va a pesar toda tu maldita vida.

- No sabes cuánto me arrepiento de haber echo esa estupidez por ti - dijo entre dientes.

- Demasiado tarde, ahora - lo alejé de mi - disfruta, acuéstate con quien quieras, en algo si tiene razón tu amigo, puedo tener a los hombres que quiera y cuando quiera - me di vuelta para abrir la puerta cuando me arrinconó en ella.

- Pero nadie te lo hará como yo y eso te va a pesar - acercó su boca a mi oído - veremos quién busca a quien.

Lo ví alejarse hasta que entró a la casa. ¿En qué momento se volvió tan atrevido para responder?

Claro que yo no volvería a él, eso sería poco digno, si no le rogué antes mucho menos ahora.

- Te deseo toda la mala suerte del mundo - me fui de ahí, ya no tenía caso perder el tiempo, si no era él sería otro.

Esperaba con ansias que llegue la noche, alcohol, fiesta, chicos y más chicos.

Además ya era hora de volver a hacer negocios, recuperar mis contactos y darme una gran vida, después de todo me lo merezco.

Nuestra Lucha - Chriserick (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora