Sábado, mi día favorito. No tenía que hacer una mierda, y encima, podía dormir cuanto quisiera. Sensacional... Pero hoy no era un sábado normal, era mi cumpleaños. MI cumpleaños. Seguramente, todos penséis: ¡Oh, que guay! o ¡¿En serio?! ¡Pásalo bien!, pero no, no es para nada lo que creéis.Mis padres, organizan cada año, una especie de reunión familiar completamente absurda y aburrida, para celebrar tan importante acontecimiento . Al cual asisten mis abuelos, tíos, y todas mis ridículas primas. Si, soy el único hombre, y encima gay. Aunque, ese no es el caso. Lo importante es, que durante al menos siete horas, me veo obligado a forzar una irritante sonrisa con tal de complacerles a todos ellos. Cosa que no me apetece nada de nada. Precisamente por que odio ESTE MALDITO DÍA. Pero ellos no lo saben y probablemente no lo sabrán nunca. Heriría sus sentimientos. ¿Qué pensábais? Yo también tengo corazón... muy en el fondo.
Las diez de la mañana, faltaban justamente diez minutos para que apareciera mi madre estilo huracán, entrara a mi habitación, destrozara todo aquello que pillara por el camino y se tirara en bomba sobre mi. Como todos los años. Pero hoy sería diferente, había tomado ventaja y encerrado en el baño antes de que ella atentara contra mi vida. Pero, ¡sorpresa! Ella estaba dentro. No me preguntéis, no tengo ni idea.
-¡¡AAAH!!¡JODER!¡¿Cómo coño entraste aquí?!-exclamé aterrorizado.
-¡FELICIDADES BEBÉ!-gritó aferrándose a mi. Aquel gesto, en verdad, ayudó a tranquilizarme. Me había llevado el susto de mi vida.-Que grande te me estás haciendo, dieciocho añitos ya...
-Si, gracias mamá-respondí incómodo.
Venga,vamos a bajar-indicó terminando el abrazo-tu padre nos está esperando. Tenemos algo que decirte.-¿Algo que decirme? No mas problemas, por favor...Asentí y ambos nos dirigimos a la planta baja, donde posteriormente, encontramos a mi padre.
-¡Felicidades Seungkwan!-intervino él nada más verme.
-Gracias papá-respondí. Mi madre tomó asiento junto a él y yo frente a ellos.-Por cierto, ¿de qué queréis hablar?
-Ah, eso. Verás hijo-inició mi padre-los abuelos no podrán venir, por lo que hemos cancelado la reunión de hoy. Al parecer, han bloqueado las carreteras por un accidente que hubo la semana pasada.
-No le mientas al niño, Hwan-regañó mi madre. ¿Eh?.-Lo que tu padre quiere decir, es que te dejaremos pasar el día con Vernon, digo...tus amigos.-Wow, esa no la esperaba.
-Os lo agradezco, pero no he hecho planes y seguramente ellos estén ocupados. Podríais habérmelo dicho antes-reclamé indignado.
-No te quejes, niño. No tienes idea de lo que me costó convencer al tozudo de tu padre para que pudieras salir, a si que deja de tocar las narices y vete a duchar que Hansol viene a recogerte a las doce. ¡Y YA ESTAS TARDANDO!
-Ok, ok. Ya voy, no me pegues. Espera...que vendrá a recogerme ¡¿QUIEN?!
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Y ahí estaba él. Increíblemente guapo, arreglado y perfumado. Hablando con mis padres, corrijo, siendo acosado e interrogado por mis padres. Me había tomado mas tiempo del esperado ducharme, eso, y escoger la ropa que me pondría.
-Entonces, ¿tú eres el novio de mi hijo?-¡Ay, la ostia! No se que es mas preocupante, si la repentina y absurda pregunta de mi padre, o la posible contestación de ese subnormal. Corrí hacia ellos tomando a Hansol por el brazo y haciéndole levantarse bruscamente del sillón, para luego caminar rápidamente hacia la puerta.
-Gracias por la oportunidad, luego vuelvo, ¡os quiero!-y salí.- Uff, por lo pelos...
-¿Que coño acaba de pasar?Whatever. Felicidades, princesa-intervino mientras tomaba mi mano para después besarla.
-Si, gracias, Hansol.
-¿Te pasa algo?
-¿Eh? No. Bueno, si. Da igual, ¿nos vamos?
-...Si, claro.
Con la excusa de que era sorpresa, ambos caminamos hacia no tengo ni la menor idea. Unas calles más, fueron suficientes para darme cuenta de que sin duda alguna, íbamos en dirección al río. El río Han. Uno de los más bonitos en Séul, y aunque nunca tuve la oportunidad de verlo, su fama hablaba por si sola. Sonreí. Recuerdo haberle contado sobre él y mis ganas de visitarlo. Estúpido. Me tiene completamente a su merced, le odio. ¿Por qué tiene que ser tan atento? Que rabia.
-¿Ya sabes a donde vamos?
-Si-sonreí.
Alrededor de unos cinco minutos nos tomó llegar. Nos sentamos en uno de los bancos a su alrededor y permanecimos varios segundos en silencio, contemplando la belleza de aquel lugar. Admirando su tranquilidad, su nostálgico olor, su cálida brisa...y después le miré a él. La razón de todo ello. Mi primer amor. Espero que el único. Él, mi sonrisa favorita, mi felicidad. No le merecía, y lo tenía muy claro. Pero aún así, aún él pudiendo encontrar a alguien mejor, no le quería dejar ir. No le quería al lado de nadie más, nadie que no fuera yo. Que egoísta. Me devolvió la mirada. Permitiéndome experimentar aquella sensación que tanto anhelaba, esa que aún no lograba descifrar. Por alguna extraña razón lo siento como un deja vú. ¿No sucedió esto antes?
-Tengo algo para ti-susurró sin desvíar la vista, lo extrajó de su bolsillo y me lo ofreció. Cuidadosamente lo tomé. Era una pequeña caja con un extravagante lazo encima, muy mono, por cierto. La abrí lentamente y encontré un dedal en su interior. ¿Un dedal?-¿Recuerdas aquella vez que me presenté en tu casa sin avisar?-Asentí-Aquel día estuvimos paseando, justamente igual que hoy. Te conté acerca de la leyenda del hilo rojo. Pensabas que era una chorrada.-rió- Por eso te regalé el dedal. Nosotros, estamos unidos por ese hilo, y nuestro destino juntos, lo tejemos nosotros. Por eso quiero que conserves el dedal. Para que cuando las cosas se tuerzan y te pinches con la aguja, nunca salgas herido. Aunque, empezar a coser depende de ti. ¿Te gustaría empezar una nueva bufanda conmigo? No quiero se pierda tu maravillosa voz.-sonrió.
¿Alguna vez habéis experimentado el amor? Uno de los sentimientos más especiales que el humano alberga y también uno de los más potentes. Esa sensación de querer permanecer junto a alguien, sin importar su género, raza u origen. Esa necesidad de proteger, ayudar y aconsejar a aquella persona que ilumina tus días. Esa libertad de ser uno mismo sin el miedo a ser juzgado por nadie, por que esa persona en particular, te acepta como eres. El no necesitar nada más, si puedes tener a tu lado a esa persona. ¿Lo habéis sentido? Yo si, y es lo mejor que tengo y he podido tener en esta vida.
-Si
FIN
Y hasta aquí llegamos. Muchisimas gracias a todos aquellos que han seguido y apoyado la historia. Saber que os gustaba me animaba a seguir trabajando y esforzarme aun mas. Siendo mi primer fic, y publicado por impulso, no pensaba que llegara a recibir tanto amor. Por ello, me hace muy feliz que hayais disfrutado mis pequeñas ideas sobre su relación, que por cierto es mas real que mi existencia, y le hayais dado una oportunidad. Estoy planeando nuevas historias que espero sean de vuestro agrado y las recibáis con la misma calidez que "Entrelazados". GRACIAS. Sin más... Nos leemos. Minmin
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Entrelazados [Verkwan]
Fanfiction¿Alguna vez oíste hablar del hilo del destino? Un hilo rojizo imperceptible al ojo humano que une a las místicas almas gemelas. Un vínculo entre completos desconocidos. Afortunados son aquellos que consiguen cruzarse siquiera una vez en la vida. Se...