Segunda parte

4.1K 426 125
                                    

—¿Quién era ese hombre? ¿Por qué seguía en la cafetería hasta tan tarde? ¿Te gusta, noona?

Yoonji parecía tener a un niño de seis años detrás suyo, y no era mucho la diferencia, siendo que su pequeño hermano apenas tenía dieciséis años.

—¡Dios Jungkook!— gritó furiosa —A veces pienso en por qué no te dejé en Seúl.

El chico detuvo sus pasos poniendo sus típicos ojitos de cachorro regañado, sintiendo cómo una cuchilla se encajaba en su corazón creando una grieta, por supuesto, exageradamente.

—Noona, que grosera.

Yoonji rodó los ojos dando un golpe suave en el hombro de su menor, por supuesto que no lo habría dejado sólo después de la desaparición de sus padres, corrían mucho peligro y Jungkook tenía diez años.

Además, aún si los separaban cuatro años de diferencia en sus edades son inseparables, y prácticamente son la única familia que tienen.

Yoonji realizaba sus últimas tareas en su trabajo con ayuda de su hermano menor que como siempre, parecía no tener fin al hablar. Y siempre escuchaba con atención cada cosa que el menor tenía por decir, aún si le gustaba molestarlo.

—¿No vas a quitarte eso?— dijo el menor viendo cómo la chica solo colocaba su chaqueta por encima de su uniforme, luego de terminar con todo para dejar limpio y listo para el día siguiente la cafetería.

—Ya lo haré en casa, solo quiero irme de una vez.— quito los accesorios en su cabello con fastidio.

Se despidieron de la encargada cuando cerró la puerta trasera del lugar tomando cada quien su camino a su hogar.

Al salir del callejón de la salida para empleados del negocio, los hermanos vieron un lujoso auto gris estacionado en la acera de la avenida, las luces dentro de este estaban encendidas por lo que permitía ver claramente al sujeto dentro.

—Ese tipo no se cansa...— suspiró la chica, fastidiada

—¿Es el cliente de hace un rato?— pregunto sin reconocer del todo al hombre, la pelinegra asintió —¿Te molesta?

—Claro que no, solo que como todos los clientes nuevos quedan impresionados con la primera maid que les atiende. Y esta vez me tocó a mí.— siguieron caminando en sentido contrario al carril, ignorando de quién hablaban, ambos suponían que estaba ahí por Yoonji y preferían hacer lo que siempre hacían con clientes de ese tipo.

—Pero él no parece un cliente más, es decir, no creo que sea de preparatoria o un chico de la universidad...

—Es amigo del dueño de la cafetería, según sé es el siguiente en la línea para hacerse cargo de una empresa enorme con sucursales en Japón y Corea del Sur.— Jungkook quedó estático, procesando por qué lo decía de esa forma tan tranquila y como si fuese cualquier cosa.

—¿Y aún así lo rechazas?— dijo indignado Jungkook, girando un poco hacia atrás para comprobar que el sujeto seguía en el auto, unos metros alejados de ellos.

—Sabes que no puedo aceptarlo, no por el trabajo, ni por su posición económica.— dijo en un tono bajo y severamente cansado, como si hablar de ese tema le causará una terrible fatiga.

Jungkook guardó silencio, sintió en su pecho el pesar en las palabras de Yoonji al igual que se sintió culpable por no ser mayor para poder ser de ayuda, si tan solo no fuese un niño cuando tuvieron que mudarse de país, el podría haber ayudado y podría ser libre de salir con quién quisiera, de vivir su vida a su manera.

Pero, en lugar de todo eso solo ha vivido con problemas ajenos y desgracias.

Miro un instante a su mayor; sus ojos se veían perdidos en la acera y realmente cansados, si de por si sus ojos eran afilados y pequeños (contrarios a los suyos) con esa expresión parecía estar casi por cerrar los ojos. Valoraba mucho todo lo que hace por él, porque al final del día, estaba sacrificando su bienestar por el suyo.

Maid [TaeGi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora