Cada minuto, cada segundo
que me abriste tu corazón
fueron momentos inolvidables.
Todo está presente en mi memoria.
Uno, dos, tres segundos y no escucho respuesta,
las gotas caen una tras otra
parece que jamás va a detenerse.
La luz entra por la ventana,
no logra consumir mi oscuridad.
Ya no percibo los colores;
las ruidosas mañanas fueron devoradas
por el fantasma del silencio.
Uno, dos, tres segundos y sigo sin respuesta,
la lluvia cae tras mi ventana
sin la intención de detenerse.
El viento sopla, llevando mi aliento,
cubre las estrellas con nubes.
Ya no sé como caminar;
las acogedoras noches fueron devoradas
por la gélida soledad.

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Letras codificadas
PoesíaPoemas cortos en los que he canalizado mis demonios interiores, para ayudarme como terapia en mi camino hacia un entendimiento del agotamiento mental por el que pasé al tener que enfrentar una amarga aprehensión.