Despedida de soltero.

Capítulo 101: El día que no la tengas.

Token estaba en su cuarto, hablando con Nichole por teléfono.

- ¡El hotel es tan lindo! -Decía Nichole- ¡Y las playas son hermosas!

- Lo imagino. -Sonrió Token-. Me alegra escuchar que la estés pasando tan bien.

- Sí, aunque te extraño...

Token suspiró.

- Tranquila Nichole, en dos semanas nos veremos. -Dijo Token.

- ¡Falta demasiado! -Dijo Nichole.

- Pasarán rápido, de verdad. -Token sonrió-. Deberías estar con tus amigas ahora.

- Estaré con ellas todos los días. No sé si podré aguantarlas dos semanas.

- ¡No seas así! -Rió Token-. Dales una oportunidad.

- Es que realmente quiero quedarme, pero también necesito estar contigo. -Nichole suspiró-. Quisiera tener la misma relación que tu tienes con tus amigos.

- La tienes.

- No, es muy diferente. Siempre soy la que menos habla -Nichole rió-, te parecerá una estupidez pero me sigo sintiendo "la nueva".

- No lo eres, nunca lo fuiste. Recuerdo como me dijiste lo bien que te sentiste con ellas cuando las conociste.

- Sí, y me sigo sintiendo bien, solo que... -Nichole suspiró-. No lo sé, me falta algo aquí.

- Oh, Nichole... -Dijo Token-. Tranquila, confía en mi. No tengas miedo de esta experiencia, siento que te hará muy bien.

- Gracias, amor. -Sonrió Nichole-. De verdad.

- No tienes nada que agradecer. -Sonrió Token.

- Ahora me voy porque Bebe nos llevará a una playa nueva.

- ¡Genial! ¡Mándame fotos!

- Lo haré. -Rió Nichole-. Nos vemos, te amo.

- ¡Disfrútalo! -Sonrió Token.

Nichole hizo un sonido de beso y colgó. Token se recostó en su cama. "Debo hablar con ella luego del viaje. No puedo arruinarle esto, pero tampoco debo postergarlo más...", pensaba Token.

La madre de Token golpeó su puerta.

- ¡Token! -Sonrió su madre.

- ¡Hola mamá! -Dijo Token.

- Ahora nos vamos... -Dijo su mamá.

- Bien, bajaré a despedirlos. -Sonrió Token.

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El padre de Token lo abrazó.

- Cuídate, Token- Sonrió su padre.

- Y si organizas una fiesta en casa, límpialo después. -Dijo su madre-. La mucama está de vacaciones.

- Sí, lo sé. -Sonrió Token.

- Te avisaremos cuando estemos allí. -Dijo su madre, abrazándolo.

- Gracias, ma.

Los padres de Token cargaron sus valijas y se fueron. Token esperó unos minutos y tomó su teléfono.

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A las 15:30 de la tarde Clyde tocó la puerta de Token.

- ¡Hola! -Sonrió Token.

- ¡Hola, Token! -Sonrió Clyde-. Mira, no me perdí.

- Genial, te sirvieron mis indicaciones.

- Sí, y el taxi que me tomé. -Rió Clyde, recostándose sobre el marco de la puerta-. Por cierto, tomé muy en cuenta lo que me dices sobre mis piernas para venir aquí...