The Purge; andy biersack.

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Tomé sus mejillas, la besé y correspondió al instante, hasta que vi como ella caía al suelo por la bala que había atravesado su lindo abdomen.

Quedé completamente en shock, esto no era parte del trato.

—Muy bien, Biersack, lograste cautivar al objetivo. —Dijo un chico llamado Ashley, el cual necesitaba de mis servicios y me ofreció dinero para simplemente embobar a la chica, ellos verían qué harían con ella. Al estar frente a mí me tendió la mano y sólo negué con mi cabeza.— Agradece que soy un caballero, el beso no estaba en el trato. Te aprovechaste de mi presa, Andrew.

—La bala que recibió tampoco estaba en el trato, no supe que saldría herida.

—¿Y eso a ti qué? Ni la conoces, Biersack, así que mejor calla, que tu accediste a esto.

Seguido de eso, escuché unos quejidos de Emily, vi como se estremeció de dolor en el piso, dejando un charco de sangre, intentando abrir sus ojos, pero fallando en el intento. No estaba consciente, pero sí viva.

—Wow, miren chicos, la nena nos salió fuerte. —Dijo riendo.—
Llevenla lo antes posible al refugio, traten de parar el sangrado y que quede en buenas condiciones. Estando totalmente "sana" será mas divertido jugar con ella. —Exclamó Ashley.

En ese instante no podía sentirme peor persona, quería arrodillarme, abrazarla, curarla. Pero no podía demostrar debilidad, menos ante ellos, un clan grande. Purdy tenía razón, yo accedí a esto y no debería importarme qué sucede con la chica.

—Váyanse de mi hogar antes de que me den ganas de asesinarlos. —Susurré entre dientes, con rabia, mientras veía como los acompañantes del chico tomaban a Emily que se desangraba, probablemente moriría, y sentía la culpa en verdad, cosa que no me había pasado antes.

Escuché cómo Ashley soltó una estruendosa carcajada, y se fueron rápidamente intentando mantener a la chica con vida, seguramente para qué tipo de cosas.

21 marzo, 2022.
11:00 pm

Desperté con dificultad, me encontraba en una sala totalmente vacía, en una camilla de hospital y conectada a distintos artefactos.
¿Ya terminó la purga? Me pregunté.
Seguí analizando la sala tratando de buscar una respuesta a lo que estaba pasando, no recordaba mucho en verdad.

Hice un movimiento intentando sentarme en la camilla, cosa de la que me arrepentí, ya que me dio una gran puntada en el estómago, de mis ojos salieron lágrimas y volví a sentirme vulnerable, sola, completamente sola.

—Veo que despertaste, muñeca.

Rápidamente miré el lugar de donde provenía la voz, a lo que sólo me dio un escalofrío en mi espalda. En el marco de la puerta había un hombre parado, su rostro era tapado por una máscara, horrible por cierto.  Vestía como un típico empresario de camisa y corbata.

—¿Me temes? —Preguntó mientras se acercaba a la camilla, yo explote en lágrimas.—- Ow, pequeña. —Dijo y acarició mi mejilla.

Rápidamente con mi mano retiré la suya, mirándolo con odio.

—No me toques, maldito imbécil. —Dije entre dientes.

Él me miró de la misma forma, un odio increíble. Tomó con su otra mano una jeringa y fue ahí cuando me desespere. Quería arrancar, pero aquel sujeto me tomó del brazo, me dio una bofetada dejándome el ardor en la piel, hasta que sentí como la aguja traspasaba mi piel.

—Te hacía falta un poco de morfina, que descanses.

Escuché hasta que caí en un profundo sueño, del cual no deseaba despertar.

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Perdón si demoro en actualizar, he dormido poco, estudio mucho y estoy colapsada. Su apoyo y comentarios son los que logran motivarme a seguir escribiendo.
Muchas gracias por el apoyo, me encanta que les encante. 💘