Epilogo

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Prometí ese día a mi mamá que estaría en casa temprano, pero no puedo evitar querer fotografiar la puesta del sol desde el puente que divide ambas ciudades; me encanta la fotografía así que regresé un poco más tarde para lograr ver la hermosa escena.

Salí del puesto del conductor con un poco de emoción, tomé mi cámara instantánea y me tomé el tiempo de encontrar el ángulo perfecto. A la orilla de la otra punta había un auto estacionado, fruncí el ceño, tenía un poco de miedo.

Regresé a lo mío después de unos minutos en silencio, y tomé la foto perfecta.

Suspiré profundamente, amaba la sensación de ser testigo de algo tan maravilloso. Regresé a mi auto para por fin regresar a casa; pero seguía con la curiosidad de saber acerca de ese extraño auto rojo que estaba en la calle, la puerta del conductor estaba abierta pero no había nadie cerca.

Conduje despacio hasta quedar lado a lado, miré a todos lados, seguía sin haber rastro de otra persona. Con el corazón en la mano, me llené de valor para ver dentro del auto. Poco a poco me acerqué lo suficiente y me sorprendió ver las llaves puestas, no había nada en el asiento trasero pero sí en el asiento del copiloto. 

Era una pequeña caja de cartón, algo común, pero tenía un pedazo de papel encima.

"Debo estar loca para estar haciendo esto"—me dije internamente.

Subí al asiento del piloto ya con un poco más de confianza, pero sin despegar la vista de la carretera, pues podía ser que todo esto sea una trampa. Tomé con cuidado la caja y el pedazo de papel que tenía encima salió volando por la ventana, corrí tras el y por suerte logré alcanzarlo en la esquina del puente, miré hacia abajo las fuertes olas, tragué saliva con ardor ya que el pensamiento sobre caer por el borde podría provocar mi muerte segura. 

Me senté en el ya frío pavimento, dejé la caja a un lado y abrí el pedazo de papel rasgado.

«Mi nombre es Kim Jong In.
Me gusta la poesía, amo escribir, adoro el arte y un buen chocolate caliente cuando está lloviendo, me gusta la paz y la tranquilidad.

Pero sobre todo, me gusta Do KyungSoo.

Soy escritor, o al menos un intento de serlo, trabajó bajo el pseudónimo de Kai.
Nadie sabe sobre los sentimientos que tengo hacia mí mejor amigo; y después de meditarlo tanto tiempo, decidí declararme de esta forma.

El primer día que acepté mis sentimientos hacia ti, fue un día lunes, así que te escribiré una carta cada lunes para recordarte y el amor que te tengo."


Sólo es una carta de confesión, fruncí el ceño, me sentía confundida. La doble y la metí en mi bolsillo izquierdo, la carretera vacía, poco oscura y fría hizo que me diera un escalofrío —al menos eso pienso que fue—, abrí la caja y contenía más pedazos de papel y algunas fotografías.

Los pedazos de papel tenían por título los meses, estábamos en Septiembre; esa debe ser la última. Así que empecé con abril.

En menos de quince minutos, ya tenía de nuevo la carta de septiembre en mis manos, y unas lágrimas en los ojos, finalmente abrí la última carta, y quedé en shock.

Lloré.

No podía creer que esto había pasado, que era real. Miré con detenimiento las fotografías de los chicos juntos y tuve tantos deseos de haberlos conocido en persona, pasé fotografía por fotografía, sonriendo al verlos ser tan felices juntos.

Me pregunté, quién había dejado las cartas aquí, en la última fotografía, había un escrito atrás.

"Un día pasé por aquel lugar donde nos juntamos por primera vez y comenzamos a escribir aquella historia que nunca creí que tendría un final

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"Un día pasé por aquel lugar donde nos juntamos por primera vez y comenzamos a escribir aquella historia que nunca creí que tendría un final. Parecía que todavía podía escuchar tu voz entre la multitud, creí sentir tus brazos rodeándome, parecía que todavía podía vislumbrar tu sonrisa en la noche y que podía percibir tu aroma en la brisa vespertina pero no, no había nada de ti.

Intenté ser fuerte sin ti, pero ya no puedo más.
Lo siento. "

Guardé las fotografías, me levanté con prisa, enrollé mi cabello y miré otra vez por el puente.

¿Él no había saltado... o sí?

Pasé una hora dentro del auto esperando que alguien viniera por él. Pero al parecer no había nadie. Ya nadie vendría a reclamarlo.

Regresé a el auto rojo sin dueño, con una pesadez en el corazón y con muchas preguntas que estaba segura nadie daría respuesta. Coloqué nuevamente la caja en su lugar, y mis ojos captaron un papel color azul tirado bajo el asiento del copiloto.

Lo tomé.

Era otra carta.

LUNES 01 DE OCTUBRE

Caminando voy sin rumbo pues mi dirección a partido, intento e intento y sigo sin encontrar un fin, un abismo oscuro se acerca cada vez más amenazante, me cansé de luchar, el vacío me tienta. Es posible que para cuando alguien encuentre esta carta, yo no esté más en este mundo. Quién quiera que seas, por favor déjame pedirte un último favor; comparte estás cartas con el mundo, quiero que sepan cuánto amé yo a mi pequeña estrella fugaz. 

Sea quien seas por favor ayúdame, ayuda a este escritor novato en pena, sin él yo no soy nada.

Tomé la decisión más difícil del mundo, no me juzgues. Tenía un dolor del que no podía escapar, todo me recuerda a él.

A mi mundo, Do KyungSoo.

Decidí acompañar a mi estrella fugaz hasta otros mundos, ya que en esta vida el destino nos quiso separar.

Gracias por todo.
- Kai.

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Sin esperar otro segundo más tomé todas las cartas y fotografías, subí a mi auto y conduje a casa. Algún día estas cartas serían publicadas, como prueba del verdadero amor de dos chicos.

Kim Jong In y Do KyungSoo.

Por él. [kji&dks]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora