4° CAPÍTULO

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Seiya también la observo pero ya no la veía temeroso ni culpable, sino la observo irritado, así que no espero mucho y salido corriendo ante la mirada furiosa y sorprendida de la joven que lo observaba.

-- ¡Eh!, ¡Esta huyendo!, ¡Cogedle! _ La joven al verlo correr, también emprendió la carrera atrás de él.

Seiya al ver que ella lo seguía gritando, apresuro más su paso doblo una esquina que en ella había escaleras, y las subió rápidamente.

-- ¡Ladrón!, ¡Ladrón!, ¡Ladrón! _ Ella seguía gritándole, y también subió las escaleras.

Los dos, al estar en la parte superior emprendieron una carrera, la joven que seguía atrás de Seiya, seguía gritándole y haciendo señas con sus manos para que se pueda detener, o alguien detenerlo.

-- ¡Ladrón! _ Aquella palabra abría alertado a un policía que se encontraba, en una banca descansando.

-- ¡Eh! _ De manera rápida el policía se levantó de la banca y se interpuso en el camino de Seiya.

-- ¡Apártate! _ Y sin importar que se tratara de un hombre de la ley, Seiya de un movimiento brusco lo hizo a un lado.

-- ¡Coged a ese ladrón! _ La joven muy enojada iba corriendo atrás de él.

El policía que vio la acción de Seiya, observado que la joven venia corriendo atrás de él, simplemente se hizo a un lado, para no volver a sufrir la misma suerte de hace unos instantes.

-- ¡Sinvergüenza!, ¡Deberías tirar ese uniforme!, .... ¡No haces tú deber! _ Muy enojada le grito al hombre cuando paso por su lado y lo señalo completamente.

El policía no sabía que era lo que estaba pasando, ya que le parecía muy raro todo lo que estaba viviendo, primero con el joven y luego la chica, simplemente se llevó una de sus manos a la cabeza en señal de confusión.

Con clara evidencia que lo había perdido de vista, la joven comenzó a bajar las escaleras, esperando dar con el paradero de Seiya, diviso a todos los lugares con intención de encontrarlo cerca.

-- ¡Señor! _ Grito llamando la atención de quien había visto.

Se dio cuenta que la persona a quien llamaba estaba hablando con el conductor de un auto.

-- ¡Eh!, ¡Corre! _ Seiya al escuchar las palabras de la joven, dejo de hablar con el conductor para girar su cuerpo hacia donde ella estaba, e indicarle con la mano que corriera hacia el auto.

La joven al ver las intenciones de Seiya, no espero mucho tiempo y se apresuró en bajar rápido las escaleras. Al terminar de bajar las escaleras, la joven se fue corriendo hacia donde estaba Seiya, al verla ya a cerca del auto, simplemente le abrió la puerta del auto de los asientos traseros.

-- ¡Sí!, ¡Vamos!, ¡Vamos! _ La joven subió hablando y agitando sus manos en la parte trasera de los asientos de adelante.

Seiya al ver que la joven ya se encontraba acomodaba, simplemente se pasó a acomodarse en el asiento del copiloto.

El conductor al ver que tenía nuevos clientes simplemente, comenzó a agradecer a Dios por su buena suerte. Luego de haber terminado, muy despacio y con paciencia comenzó a encender su auto.

Seiya y la joven, cuando vieron las intenciones del conductor se sorprendieron ambos y muy extrañados miraban todas las acciones que hacía.

-- ¡Sí!, ¡Dios oyó tus plegarias!, Ahora, vamos. ¡Muévete! _ Muy agitada y sobretodo muy apurada la joven le exigía al conductor que se apresurara.

El carro emprendió el trayecto muy lento, algo que les estaba impacientando a los dos pasajeros.

-- ¿Qué está haciendo señor?, .... ¿Cómo vamos a coger así un tren? _ La joven le pregunto en tono incómodo. Mientras que seguía haciendo señas con su mano.

VOLVIENDO A CASADonde viven las historias. Descúbrelo ahora