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—¿A dónde crees que vas jovencito? —Me mordí la lengua para no soltar todo mi repertorio de palabrotas al sentir una mano sobre el hombro.

—Me creería si le digo que al baño.

—Sería difícil de creer porque traes tu mochila y acabas de pasarte los baños —Me gire sobre mis talones diciéndole adiós a la hermosa libertad que estaba a solo unos metros de distancia y puse mi mejor cara de cachorrito frente a la profesora —Pero si hubieras dicho que un tarro de pintura cayó sobre tu mochila en el salón de arte y solo ibas a limpiarlo...

—No me dejo acabar Srta. Prescott —Por fuera estaba sonriendo, pero por dentro me pateaba mentalmente porque no se me ocurrió esa escusa primero —Iba a decir que necesito ir al baño para limpiar mi mochila y no pude hacerlo en los baños más cercanos porque el conserje estaba ahí y me regañaría.

—Entonces eres completamente libre de ir a los baños del segundo piso, pero no te quiero ver cerca de las puertas del instituto Dylan, ahora vete antes de que un profesor note que ni siquiera tomas la clase de arte.

—Gracias Katie.

—No me llames así en el instituto —La cara de la pelirroja se puso seria y se giró para comprobar que nadie estuviera lo suficientemente cerca para escucharnos y efectivamente un maestro caminaba por el pasillo, sus pasos haciendo eco sobre las blancas baldosas —Lo siento Dylan voy a tener que castigarte.

—Con tal de que no llames a papa y no me suspendan.

—¿Katherine sucedió algo con este chico? —Pregunto mi profesor de matemáticas mirándonos como si yo hubiera robado un banco, Sabe por eso todos los estudiantes lo odian y aman a Katie ella es amable y no nos mira como si fuéramos sus prisioneros, viejo pelón. Katie negó con la cabeza con una de sus mejores sonrisas encantadoras.

—Se saltó una clase por un dolor de cabeza —Katie batió sus pestañas cautivando al hombre que teníamos en frente —Pero tengo todo bajo control ya le dije que la próxima vez fuera directo a la enfermería. ¿Verdad Sr. O'Brien?

—Sí, lo siento no volverá a pasar.

—No puedes saltarte las clases sin recibir un castigo.

—Ya me encargué de eso también Harold —Katie se paró frente a mí —Estará castigado el resto de la semana.

—Bien —Sr. Cabeza de pino digo el Sr. Douglas asintió en nuestra dirección y camino fuera del instituto, levante mi dedo corazón en cuanto se dio la vuelta recibiendo un golpe en la cabeza por parte de mi profesora de inglés.

—No hagas eso Dylan —Katie intentaba sonar enojada pero la pequeña sonrisa en sus labios la delataba, incluso ella odiaba a ese profesor —Ve a tu aula de una vez y dile a mi hermana que me debe una por salvarle el trasero a sus amigos.

—También soy tu amigo Katie —Hice un puchero y Katie solo rodo los ojos y asintió.

—Te veo al final de las clases.

—Odio estar castigado.

—Deberías estar acostumbrado pasas casi todas tus tardes ahí desde que aprendiste a hablar.

—Muy graciosa —Rodé los ojos fingiendo molestia, aunque en el fondo sabía que Katie tenía razón y ya me había acostumbrado a estar castigado, pero generalmente uno de mis amigos me acompañaba en mi martirio —Solo espero que haya alguien interesante para que me haga compañía.

Las siguientes horas pasaron de la forma más lenta y tortuosa posible, ya sabes esas típicas horas en el instituto donde piensas que la voz de los profesores suena como una canción de cuna con la que quieren arrullarte para que te duermas, tus compañeros de clase se ven tan aburridos como tú y las manecillas del reloj no avanzan. Y lo peor de todo mis amigos o más bien traidores lograron fugarse sin mí y en lugar de quedarse conmigo para compartir mi aburrimiento me mandaron una foto de ellos en un McDonald's con la frase "Lastima que no estás aquí" Lo sé, tengo los mejores amigos del mundo.

He is Broken (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora