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¿Nunca habéis estado con una persona que no os incomodara en ningún momento? Bueno, yo sí, y le tenía ahí mismo, conmigo en el sofá.

Mis piernas pasaban por encima de las suyas, entrelazandolas. Estaba mirando la tele, mientras él... Él escribía. Escribía, escribía y escribía. Nunca le había visto escribir tanto y tan rápido, ni siquiera en su carrera de Escritura Creativa.

  —¿Qué escribes? —decidí preguntarle, acariciando su hombro. 

Sin dejar de teclear me contestó: —Escribir.

NO. ¿EN SERIO?

  —Pensaba que estabas jugando a fútbol —se rió de lo que dije. Es un tonto—. Ahora en serio, ¿que escribes?

  —Un libro.

  —¿Un libro?

  —Sí.

  —¿Porqué?

  —Por que me apetece.

  —Oh.

  —Uhm.

  —¿Puedo ver? —pregunté pero igualmente me estaba acercando al portátil.

Al momento sentí una mano estamparse en mi cara con suavidad. Fruncí el ceño.

  

  —No, es una sorpresa —mordí su mano, haciendo que la apartara y se quejara.

  —¿Sorpresa? A mi no se me oculta nada, guapo.

  —Esto sí.

  —Pues como sea un libro más malo que Crepusculo te voy a golpear.

  —Pues déjame escribir, señorito odia vampiros.

Y entre refunfuños le dejé escribir en su mundo, mientras seguía mirando mi móvil.

Comenzando Juntos ✑ Meanie || Seventeen ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora