IN THE ROOM. [IronStrange]

Masquerade

Stephen y Tony estaban recostados en la cama, éste último había decidido que se quedaría dos semanas en el santuario puesto que estaba cansado de escuchar los regaños de Wong sobre que era una distracción para el hechicero supremo el hecho de estar yendo al complejo cada 5 segundos. El ingeniero aún pensaba que era un exagerado puesto que Stephen y él apenas y se veían, pero bueno, por esa razón había decidido darle un respiro a Beyonce y permanecer tiempo en el santuario aunque había traído algunos de sus proyectos con él para no aburrirse cuando su novio tuviera que ir a Kamar-Taj, y además muy probablemente también sería regañado por profanar el lugar sagrado. ¡No era su culpa que justamente Wong tuviera que entrar a la biblioteca cuando estaban a punto de hacerlo! Después de ese día el hombre no parecía dispuesto a dejarlos solos a menos que estuvieran en la habitación de Strange. 

Stark se había quedado viendo el techo como si fuera lo más interesante del mundo mientras pensaba en que podrían intentar hacer en la habitación para hacer el sexo más interesante, obviamente no se estaba quejando para nada hasta ahora porque siempre había sido fantástico, pero no estaba de más innovar ahora que no podían seguir jugando alrededor del santuario, y mientras pensaba terminó colocándose de lado para ahora dirigir su mirada a una pila de libros que su novio mantenía sobre una mesita. 

Sintió como el hechicero se movía y los brazos de este rodeaban su cintura para acercarlo a su cuerpo mientras la barba de este hacía cosquillas en su cuello. —¿Qué es lo que tienes en mente está vez? 

—¿Por qué crees que tengo algo en mente? ¿Ahora sabes como leerla? - Escuchó un leve suspiro que fue silenciado mayormente porque Stephen tenía su rostro apoyado entre el espacio de su hombro y cuello. 

—Sabes que te conozco tan bien después de haberte visto en tantas realidades alternas, sé cuando planeas algo. - Tony se estremeció ligeramente debido al roce del bello facial de su novio sobre su piel y luego sintió como los labios ajenos dejar un beso en la zona por lo que sonrió mientras sus manos se movían a tomar las del hechicero, entrelazando sus dedos con delicadeza para no hacerle daño. 

—Bien, bien, tú ganas, mi estimado Dumbledore. - Stephen rodó los ojos ante el sobrenombre, pero no dijo nada porque quería que el otro finalmente soltara lo que había en esa cabecita malvada. —Estaba pensando en que podríamos intentar algo nuevo ahora que no podemos hacer nada fuera de aquí.

—Mmh... ¿Cómo qué? 

—¿Alguna vez te han vendado los ojos?  - Stephen pareció pensativo por un momento, pero al final simplemente murmuro un suave"No, nunca" por lo que Tony empezó a pensar en las cosas que podría hacer con esa idea y una sonrisa traviesa se dibujo sobre sus labios. —Deberíamos intentarlo. 

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Tardaron mucho en tener el tiempo suficiente como para realizar lo que Tony tenía en mente, pero cuando el día finalmente llegó, Stephen se encontraba sentado en el borde de la cama simplemente con una venda restringiendo su vista  y una sábana cubriendo su desnudez de la parte inferior. La habitación se encontraba envuelta con el aroma de las velas de lavanda y vainilla que ambos habían escogido para mantener un ambiente tranquilo, además de usarlas como única fuente de luz. 

Tony por otro lado se encontraba de pie, tan solo usando un par de bóxer, viendo a su novio, tenía tantas cosas en mente, pero primero quería poner ambiente por lo que se acercó a paso lento sin hacer ruido y se acomodó sobre el regazo de Stephen, rodeando el cuello de este con sus brazos mientras los del hechicero rápidamente envolvían su cintura. Mostró una sonrisa confiada y se acercó a besar sus labios con lentitud, tomándose su tiempo para que ambos exploraran sus bocas en lo que sus pieles se rozaban lentamente. Luego de unos minutos besándose, Strange decidió bajar sus labios hasta su mentón e inmediatamente iniciar un recorrido por su cuello, besando, lamiendo y de vez en cuando dejando pequeñas succiones sobre la piel expuesta por lo que Tony simplemente se dejó hacer mientras soltaba pequeños suspiros al sentir la cálida humedad de la lengua de su novio recorrer su cuello.