Capitulo 14: En evidencia y robos

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Lore

Hoy pude dormir un poco más, pero no entiendo porque el brazo de Derek rodea mi cuello, todos los días es algo nuevo, o estoy muy cerca de él o nos abrazamos.

Me levanté primero y decidí salir a caminar, tenía que aprovechar el tiempo que este aquí. Esto era el mejor lugar para pasar el tiempo, era naturaleza pura.

(...)

No me di cuenta que ya había pasado unas horas desde que salí, oh oh, creo que me perdí. Había salido cuando estaba amaneciendo, y ahora es casi medio día, tengo un pésimo sentido de orientación, el teléfono decidí dejarlo en casa, la billetera se me olvidó en la otra gabardina no sé qué hacer, estoy con hambre... ¡Arageta!....

—Disculpe, será que ¿Está pérdida? —un chico super alto con unos hermosos ojos verdes, y su cabello castaño me estaba preguntando.

—Perdón, pero ¿Quien eres? —no lo pude evitar.

—Perdón por mi descortesía, me llamo Joshua Dixon —me extendió la mano.

—Un gusto, Lorena Cohllins —correspondí a su saludo. — ¿Cómo se dio cuenta que estoy perdida?

—Desde hace unos minutos, comenzó a mirar a su alrededor, como si le pareciera desconocido el lugar en el que se encuentra, por eso deduje que estaba perdida. —fue tan evidente.

—Entonces, ya que estoy en evidencia ante mí falta de orientación, no sería mucha molestia, que por favor me pueda ayudar a encontrar el camino correcto. —no se porque estoy hablando tan formal.

—Lo haré, si no es mucho pedir, desearía que nuestro modo de diálogo sea más informal puesto que somos casi de la misma edad.

—Ok...—no sé se si eso sea correcto pero que se puede hacer.

—Hacia donde tenemos que ir, no creo que estés tan perdida ¿O si? —comence a desviar mi mirada, estaba avergonzada, por haberme perdido.

—En verdad —quería decirle que no sabía ni la dirección de la cabaña, pero un extraño ruido nos inundó.

—¿Que fue eso? —mi estómago estaba gritando para que le den de comer y tuvo que dejarme en evidencia.

—No me digas que... —estaba sonriendo que le parecía gracioso —vamos —de repente comenzó a caminar hacia una cafetería —tengo hambre...no desayuné.

Entramos a la cafetería, no se que hago con un desconocido, qué tal me mata o me viola, hay pero tengo hambre, no parece como si quisiera hacerme algo, no pero esos son los peores.

—¿No vas a pedir algo? —su voz me sacó de mis pensamientos.

—No, estoy bien. —mi estómago me delató otra vez —bueno tal vez un poco.

—No te preocupes por la cuenta, yo la pagó —esto me hacía muy sospechoso, pero no podía contenerme.

(...)

Terminé rindiendome ante la comida, salimos del local rumbo al camino correcto, pero no sabía dónde era.

—¿Cómo se llama el dueño de la cabaña en la que te estás quedando?

—Es de la familia Harrison.

—¿Harrison? —se puso un poco serio.

—Entonces vamos, se donde queda. —como sabía dónde quedaba.

(...)

Caminamos por un largo tiempo, puesto que aquí casi no hay vehículos, lo que más utilizan es la bicicleta como medio de transporte. Pude reconocer la cabaña.

Atracciones (Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora