9.

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Después de comer con Sofía y David. Regrese a casa. Y me puse mi pijama, no tenía ganas de salir en lo absoluto. Me hice un chongo despeinado y baje a la cocina por algo para comer. Si, como demasiado.

Hoy sería maratón de Netflix. Una de mis películas favoritas por si no les había contado es la de Kissing booth, la amo.

Quiero una historia así con mi Manuel.

Decidí tomar unas palomitas.

Subí a mi habitación y puse en mi televisión la película. Paso la parte donde se dan el primer beso y como les explico que llore.
Se hizo bastante tarde, ya dos días sin dormir bien no podía.

Apague la televisión y me dispuse a dormir, hasta que me entró una llamada.

—¿Hola? — conteste sin mirar la pantalla.

—Hola mi lady. —Si, era Manuel.

—Bombonsito ¿cómo estás? — pregunte animada.

—Extrañándote.— dijo triste.

—Aww, yo más.

Empezó a cantar.

—Voy buscando una lady como tú la quiero así, quiero que te enamores como estoy yo de ti. —canto con su voz hermosa.

Siguió cantando y como les explico que si de por si ya estaba triste y sentimental con la película. Este hombre me hizo llorar más. 

—Aww bombón que romántico.

—Cuando estoy enamorado de alguien, suelo ser muy cursi.

—Eso me encanta. 

—No puedo estar más horas sin verte mi lady.— confesó.

—Yo tampoco mi bombón.— suspire— ¿que te parece si pasas por mi a mi casa y nos vamos de aventura por ahí. 

—Una aventura es más divertida si huele a peligro.

También amo a Romeo.

—Te espero en 20 minutos, no llegues por la puerta principal, mi madre no se tiene que enterar de esto. 

—Eres una traviesa mi lady.— río.

—Pero así me quieres así que te espero por la parte del jardín.

—En este mismo momento voy para allá.

Colgó.

No iba a cambiarme, o sea, si me gusta estar arregladita siempre. Pero esta vez tenía que disimular.

Tome mi bolso con mil cosas entre ellas mi bolso de maquillaje. Tenía algo planeado para esta noche.

Entre al baño por algunas mascarillas y salí con todo en una mochila.

Salí por la puerta trasera de la casa y me encontré con Maria. No les había contando, ella a trabajado desde siempre aquí en la casa.

—¿A donde vas mi niña?— dijo gritando asustada pues no esperaba verme.

—Baja la voz, María. Voy a salir con un chico, luego te lo presento. Please, no le digas nada a mi mamá, te amo bye.— salí corriendo.

No deje que dijera ni una sola palabra.

Cuando salí busque por todos lados y como la camioneta era negra no se veía por la obscuridad. Hasta que escuche que me silbaron fue cuando me di cuenta de la presencia de Manuel.

—Mi lady pero que traviesa.— dijo riéndose.

—Vámonos antes de que llegue mi mamá y nos descubra.

Manuel me abrió la puerta y subí, deje mi mochila en la parte trasera para que no viera lo que traía adentro.

Salimos y tomamos camino, otra vez nos sabía a donde los dirigíamos pero traté de no interrumpirlo para no perdernos.

Yo estaba mirando por la ventanilla todo el tiempo, observando las luces de la ciudad. Manuel muy centrado manejando me miraba de reojo, lo sentía .

Puso su mano en mi pierna y casi de mata de un susto.

Grite.

—Me asustaste.

—No era mi intención.— dijo disculpándose.

—No te preocupes, está bien. Solo no me lo esperaba.— reí.

—Mi lady como te quiero. 

—Aprovechando que ya me sacaste de mi trance hipnótico, ¿puedes decirme a donde vamos? —dije haciendo pucheros.

—Con esa cara hasta te diría mis más oscuros secretos.— admitió.

—Confieso que me gustaría saber que esconde este bombón en su interior.— reí.

—Después te contaré. Vamos llegando a mi casa.

—¿Tu casa?— pregunte aterrada.

—Si, descuida. No hay nadie. Julián esta con Sofía, ya vez que andan de novios. Y mi madre está con la tuya.

—¿Por qué la gente siempre sabe donde está mi mamá menos yo?

—No lo se mi lady, pero tenemos casa sola. 

Me asustaba un poco.

La verdad no.

Entramos a una casa hermosa a la afueras de la ciudad. Había luces por todos lados. Muy bonita. Manuel se bajo a abrirme y me ayudo con mi mochila. El todavía no sabía lo que había adentro.

Abrió la puerta y entramos.

—¿Gustas algo de beber? Champagne por ejemplo. 

—¿A toda la gente que traes a tu casa le ofreces champagne? —pregúnte.

—No, solo a ti. Eres especial. — confesó mirándome a los ojos.

Ya ven que si es bien lindo.

—Bueno, esta bien. Una copa por favor. — reí.

Sirvió dos copas y entrelazamos los brazos, como la hacen en las bodas. Subimos a su habitación y me tumbe en la cama.

—Me iré a cambiar, mientras tu ponte cómoda. — dije entrando a lo que parecía ser su closet.

Acomode mi mochila y empecé a sacar algunas de las cosas que traía. Hasta que enfrente de mi paso un hermoso cuerpo con solo un pants gris y un torso descubierto.

¡Madre santa!

¡Te metiste en la boca del lobo Valentina!

ESPERA.

¿Estas consiente de que te la encuentras en la habitación de Manuel y están solos en la casa y el está medio desnudo?

Dijo esa voz en mi cabeza, lo que me hizo caer en razón.

—¿Que tanto traes ahí? Cuéntame.— dijo Manuel montándose en la cama aún lado mío, normal. Como si no tuviera su hermoso cuerpo marcado al descubierto.

—Unas cosas, para algo que se me ocurrió hacer contigo.



F.

Una lady como tu | Manuel Turizo | 1 *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora