Una lady como tu | Manuel Turizo | 1 *Editando*

20.

Subí al coche con mis padres y Roberto.

*
Llegue a mi habitación y me tumbe en la cama con todo y vestido, comencé a llorar recordando esa escena tan fea.

Pero rápidamente la saque de mi cabeza y recordé el abrazo que me dio Manuel, sus grandes y marcados brazos apretando mi delgado cuerpo.

Lo amaba pero en ese momento lo odié.

Me quede dormida con todo y vestido, nunca recordé llamarlo.

Hasta que la vibración bajo mi almohada me despertó.

Me dijo con su voz más ronca de lo normal— Mi amor te extraño y te quiero ver— lo cual no capte en ese momento ya que el sueño me dominaba.

—Mi amor yo también te amo y extraño pero, te amaría más si me dejarás seguir con mi sueño.— dije tallando mis ojos.

—Gira a tu derecha —no entendía porque — para que duermas mejor mi lady.

Giré a mi derecha y me encuentro con su espalda desnuda.

El se giró y me dijo —sorpresa— me quede boquiabierta.

—¿Que haces aquí? —viniste a comerme o que.— ¿Cómo entraste?

—Vine a traerte tus llaves, se quedaron en mi habitación. Y ya de paso, me quede a descansar un poco. Espero no te moleste.— dijo acercándose a mi.

—Claro que no mi amor— le di un beso — solo que, no esperaba encontraré aquí.

—Pues... sorpresa—dijo cantando esta última palabra

Yo se lo que el quería y se lo iba a dar pero no en ese momento, estaba muy cansada.

Nos quedamos profundamente dormidos, los dos estábamos muy cansados.

*

6:40 am.
Sentía una pierna aplastando la mía y unos brazos rodeando mi cintura.
Desperté.
Y me encontré con la imagen más hermosa. Claro, mi bello Manuel durmiendo profundamente y...
Se que dirán que casi en cada capítulo de mi historia lo digo pero... se necesita tener un corazón muy frío y duro como para no presumir a tu pareja.

Él es tan bello, tan apasionado, tan romántico, que no merece ser lastimado por nadie.

No se que hice para merecerlo pero les prometo que lo cuidare para siempre.

Salí de mi trance hipnótico Gracias a que Manuel movió sus piernas.

—Buenos días mi lady— me dio un beso en los labios.

—Buenos días amor...¿tienes hambre? — yo si tenía y mucha.

—Si, demasiada ayer no cene.

—Bajemos a desayunar.

Nos levantamos y bajamos tomados de la mano. Yo tenía aún el vestido de anoche y Manuel solo usaba unos pants grises.

Íbamos bailando por los pasillos, haciendo el ridiculo, nos encanta hacerlo.

Bajamos por la escaleras hasta llegar a la cocina y... pasar el peor oso de nuestras vidas.

—Buenos días hi...—mi madre vio a Manuel medio desnudó entrando detrás mío— ¿que hace este muchacho medio desnudo en mi cocina?

—Buenos días suegrita, amanecimos bien.— dijo Manuel besando su mejilla.

Nos sentamos y nos ofrecieron el desayuno, mi madre no dejaba de mirarme y creo que era porque aún tenía el vestido.

—Valentina— dijo mientras comía fruta— ¿porque aún tienes el vestido de anoche?

—Am...larga historia, sólo recuerdo que me quede dormida

—Aja y...— le dio un sorbo a su jugo de naranja— ¿que hace Manuel aquí?

—Vine a traerle sus llaves, se quedaron en mi habitación anoche.

—Ajá y...  ¿que hacía mi hija ayer en tu habitación? — parecía FBI

—Ya mamá por favor basta.— ya era demasiado.

—Está bien solo quería saber, escuchen... ¿usaron protección? — mi madre como siempre tan prudente.

Manuel y yo nos atragantamos con el pedazo de pan francés que teníamos en la boca.

—Tranquilos, solo que no creo que quieran arruinar su carrera, les esta yendo muy bien.

—Tranquila suegra, no ha pasado nada desde que llegamos de México.— dijo Manuel avergonzado.

—Hagan lo que ustedes quieran y donde ustedes quieran, solo protección por favor.

—Ya mamá, esto es incómodo.

—Saben que los amo y los adoro, por mi no hay problema pero, Manuel créeme que si no te desapareces en dos minutos, tendrás un gran problema con tu querido suegro.— dijo mi madre riendo.

Manuel abrió los ojos como platos y se paró corriendo a mo habitacion a cambiarse.

—Corre tú también a cambiarte si no quieres que tu padre te interrogue.— dijo mi madre.

Me paré corriendo a mi habitación también pero, me encontré a mi padre en el camino.

—¿Que haces con vestido todavía? — preguntó mi padre extrañado.

—Salí de antro y voy llegando, te quiero papá.

Lo dejé ahí todo confundido y entre a mi habitación.

—Uff eso estuvo cerca.— dijo Manuel saliendo de mi closet.

Rei a carcajadas.

—Tranquilo, sal de ahí y mejor tomemos una ducha.

—¿Los dos? ¿Juntitos? — puso su cara sexy que me hace decir si a todo.

—¿Por qué no? — conteste quitando mi vestido y quedando en ropa interior.

Fue una larga pero divertida ducha.

Nos cambiamos ahora si con ropa decente y bajamos a terminar de desayunar.

—Hola suegro, no esperaba encontrarlo por aquí.— dijo Manuel tendiéndole la mano.

—Pues — miró a todos lados — aquí vivo.

—Si pero, pensé que ya estaría trabajando. — le sonrió Manuel.

—A ti es al que no esperaba ver tan temprano por aquí.

—Si es que vine a traerle sus llaves a Valentina, las olvidó ayer en mi casa y ya de paso me quede a dor...digo a desayunar

—Que bien, gusto en verte hijo, nos vemos.

—Que le vaya bien señor torres.

Mi amor —escuche desde lejos— ven, tengo que mostrarte algo.

Salí al patio y ahí estaba Manuel recargado en su coche.

—Que pasó bebe?— lo abracé.

—Nos vamos de compras, yo invito.

Salimos al centro comercial más cercano.