Capítulo 4 - Pecado Original

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Max Pov.

Cuando llegué a la residencia, realmente no quería hablar con nadie. Me sentía estúpida y algo culpable de lo que pasó. Y, aunque sé que no fue su intención, no me gustó que Casey me defendiera. Si hay algo de lo que estoy cansada, es de ser defendida. No soy débil no frágil, y me molesta demasiado que la gente lo crea sólo por cómo me veo. Creen que soy una rubia tonta, no les cabe en su cabeza que entre a la Universidad dos años antes, justo como Casey.

Cerré la puerta de mi habitación, de madera blanca y un organizador de cosas que no uso. Las paredes de color melón que mi Lindsey me ayudó a pintar. Mi lugar seguro, nadie podía verme desde aquí.

Dejé el bolso en el suelo y me senté en mi escritorio. Encendí la laptop y abrí un documento, escribí:

Solía pensar que el problema con los chicos se solucionaba al terminar la preparatoria. No tenía idea que en la Universidad sería aún peor. Desde hace un año un tipo llamado Dylan piensa que estoy enamorada de él, y dudo que haya otra cosa más alejada de la verdad. Me trata como si fuera su esposa, es definitivamente algo patológico. Siempre le dejo tarjetas de psicólogos en su mochila cuando no esta viendo. En cambio Jackson se toma todo a la ligera, decidió besarme porque le parezco linda y ya. No le importó que Dylan fuera su mejor amigo. Mi única esperanza es que los chicos como Gabe Anderson no sean como parecen. Y que de una vez por todas yo dejé de cometer este tipo de errores. Quisiera reconocerlos a la distancia, como Casey. Si ella leyera esto no dudaría en golpearme con uno de sus zapatos de emo. La amo como si fuera mi hermana, pero cree que soy una niña. En fin, los hombres deberían tener más años de infancia a ver si  dejan de ser inmaduros cuando ya han vivido un cuarto de siglo.

Le di publicar.

Hace meses que he dejado mi blog anónimo a un lado, pero creo que es un buen momento para retomarlo.

Cerré la laptop.

—No necesito ser protegida.

Casey Pov.

Pantalones rotos, botines y un suéter. Le pedí prestado el rizador a mi vecina, muy amablemente Thabata se ofreció a maquillar a esta inexperta, ahora luzco como una Casey diferente. No sé si es buena, o mala.

Tomé un bus hasta Geordie's, el lugar más común para las personas que conozco. Creo que era un bar y una disco al mismo tiempo ¿O disco y bar? No lo sé. El ambiente era tenue, con las luces bajas, el olor a cigarrillo y licor.

Me senté en la barra. Me miré a ambos lados y mi vista se congeló por un momento. Gabe Anderson estaba ahí, me giré rápido para que no se diera cuenta que sé que está aquí.

—¿Cómo es que te dejan entrar aquí?—preguntó Trevor, el barman, y yo reí.

—Saben que vengo por un batido—bromeé.

Trevor entrecerró los ojos.

—A esta hora ya no hay batidos.—sonreí y él también.

Unos segundos después dejó un vaso colorido y con un olor fresco a frutas frente a mi. Le di las gracias con la cabeza.

—Por esto eres mi novio de repuesto.—él dejó caer sus hombros para que yo riera.

La música subió de nivel y los chicos comenzaron a bailar. Dios, hoy es lunes. Los universitarios nunca descansan. Apenas era media noche y parecía a punto de amanecer. Por un momento me sentí mal por Max. Pero estoy segura que lo último que quiere ahora es otra fiesta.

Alguien tocó mi hombro y la cadena de oración para que no sea Gabe comenzó.

Me giré y es un chico totalmente opuesto a él. Rubio de ojos claros y alto. Parecía amigable, no tenía esa mirada soberbia de Anderson. Eso me alivió.

CRUSHED: ¿Amistad Terminada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora