Capítulo 8 - Odia al jugador

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Casey Pov.

Era de noche en este barrio de ricos, las luces se reflejaban en la calle mojada al igual que los faros de los autos. Aquí hacia más frío que en cualquier otra parte de la ciudad, no tenía idea por que. Estaba esperando que bajará recostada a esta pared..

Gabe al fin salió, en ropas de dormir por la alta hora de la noche. Su rostro se veía cansado, como si mi llamada lo hubiera despertado en medio del sueño más profundo. Me sonrió triunfal. Se acercó a mi intentandome besar,  rápidamente lo empuje.

—¿Qué demonios?—espete y él se carcajeo.

—Y decías que no habría próxima vez—se jactó.

Rode los ojos y entre.

—No es la razón de esa llamada—se ubica a mi lado—. Tengo la necesidad de aclarar unas cosas.

El sentimiento de culpa se intensificó en cuando pise el departamento. Donde había cometido el más grande error, el sofá azul marino, la isla de granito, la cocina costosa. Habían sido testigos de mi locura.

Gabe fue hasta la cocina, apoyo los codos en la isla, esperando que hablara.

—¿Qué haces aquí, a esta hora?—me preguntó cansado.

Me dio tanta rabia. Me senté en la silla alta.

—¿Qué quieres con Max?—le pregunté, igual de cansada—, ¿Por qué a mi mejor amiga?

Él sonrió de lado.

—Porque es linda, interesante y lo más importante—se señaló—: esta encantada conmigo.

Rodé los ojos.

—¿Quieres ser su novio?—Inquirí—, ¿O sólo te sientes grande por cómo te demuestra lo que siente?

—¿Tu estas celosa?

—Vete al infierno, te estoy haciendo una pregunta—espeté—. Trato de cuidar a Max.

—Tu amiga es una adulta, ella sabe lo que hace—me dijo.

Tuve que cerrar y abrir mis manos. Lo mismo con mis ojos.

—¿¡Puedes dejar de jugar con ella!?—quería golpearlo, pero respire— Gabe, sé lo que eres.

Él frunció el ceño.

—Es mi manera de divertirme, ¿Qué puedo decir?

¿Donde está un arma cuando uno la necesita? La persona más egoísta y malintencionada que puede haber en esta tierra.

—¿Qué puedo hacer para que la dejes en paz?—Él parecía sentirse honrado.

—Bueno, tu estas aquí.

Dio la vuelta para quedar frente a mi, giro la silla con sus manos.

—Eres un idiota.—le dije y me baje de la silla.

Estaba justo frente a él más cerca de lo que quisiera. De sólo verlo mis venas hierven.

—Encontraré la manera de mantenerte lejos de ella—continúe—. O a ella lejos de ti.

—Espera—seguí caminando a la puerta—. ¿Dejarás tus aretes?

Me volteé, eran mis aretes plateados. Fui hacia él y los alejó. Me miró provocándome. Acercándose cada vez más, sonreí e hice que bajará los brazos hasta mi cintura... para quitarle los aretes y separarme. Él negó con la cabeza, con una sonrisa en los labios.

—¿Ves? Puedo obtener lo que quiero.

Se acercó a mi oído y dijo:

—Yo también, y tu ya tienes pruebas.

Sostuve la mirada. Giré sobre mis tacones y salí por esa puerta. Al pasar por el umbral, literalmente sentí como el peso sobre mis hombros desaparecía.

Max Pov

Gabe y yo teníamos una especie de picnic, trajo unos sándwiches y jugos para almorzar hoy. Es tan detallista que quisiera detenerlo conmigo toda la vida. Ya me lo he imaginado, dos veces.

—¿Te gustó el sándwich?—asentí—, que bueno, porque vivo sólo y es lo único que sé hacer.

Reí con el sándwich en la boca.

—¿Cómo te vales por ti mismo?—pregunté con la boca llena y se echó a reír.

—Soy fanático de Bear Grills—Dijo—, en Brasil acaricié un leopardo. Creo que puedo cocinar para sobrevivir.

No pude evitar sonreír, aunque ya han pasado un par de semanas aún no podía ser tan evidente. No sé como hace para hacerme reír tanto. De repente, de la cesta saca una rosa. Sentí el calor subir a mi rostro. Conocía su pasado, pero era lo que era, pasado. Yo soy su presente.

—Maxim—digo de forma irresistible—. ¿Quieres ser mi novia?

Me quedé en shock viendo la rosa extendida hacia mi. La tomé pero me quedé en silencio. Pensé en las palabras de Casey, y no tengo idea por qué.

—Sabes, si. Por supuesto.

Él suspiro como si se quitará un peso de encima.

—Este sería un buen momento para besarme—ne dice y yo comience a reír.

Me acerqué a él, acarició mi mejilla y llevo mis labios hasta los suyos. Fue lento y suave la manera se movía. Mi corazón latía rápido. Pase tanto tiempo imaginando como sería este momento, me siento tan bien. Fui yo quien se separó, pues sentí la fuerte mirada de Finn en mi espalda, lo vi haciendo señas sexuales y me eche a reír.

Gabe lo saludó y se echó a reír también. No puedo creer que la cosa entre Gabe y yo sea oficial, es raro ser oficial. Y paso tan rápido desde que comencé a pasar más tiempo con Sophia, de haber sabido eso la hubiera tratado desde el inicio. Él se acostó en la grama, me tomé la libertad de admirar su cuerpo en totalidad, sin ninguna pena. Él ahora es mío.

Casey Pov.

Mis ojos no mintieron. Estaba con Finn cuando vi como Gabe y Max se besaban. No le importó lo que le dije, su corazón esta en peligro de ser roto, o de algo mucho peor. ¿Cómo puedo detenerlo, si ella ya lo ama? Cualquier cosa que haga él o que haga yo, Max es la que saldrá lastimada.

—Gabe es un mujeriego ¿Qué vio en Máx?—me preguntó Sophia.

Me quedé mirando a la nada. Deseaba saber por qué Gabe Anderson se había fijado en mi amiga justo después de que lo nuestro pasara. No estoy celosa, sinceramente. Estoy nerviosa de lo que Gabe tenga entre manos.

—No lo sé—respondí—, pero no me parece algo bueno.

Finn no dejaba de observarme, como si quisiera decirme algo y lo tuviera en la punta de la lengua. Tuve un mal presentimiento.

***

Finn knows something 👀

CRUSHED: ¿Amistad Terminada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora