I'm Broken? [KatsuDeku]

2.

“¿El dolor qué siento en el pecho cada vez qué estoy cerca de Kacchan desaparecerá? Lo necesito.”

El peliverde estaba metido en sus pensamientos cuándo chocó con algo, o mejor dicho, alguien.

—¿¡Ah?! ¡Dekuuu! ¿Cómo te atreves a chocar contra mí?

—P-perdón Kacchan -sonríe lo mejor qué puede- Si me disculpas, me voy -vuelve a su cara neutra para caminar de nuevo-

—¿¡UH!? ¿Piensas qué vas a irte de rositas?

Izuku le miró y sonrió de nuevo.

—Sólo pienso qué sí me odias tanto, sólo deberías ignorarme cómo haría cualquier persona.

Katsuki se quedó callado, no estaba acostumbrado a que el menor le respondiese, ¿Qué estaba pasando? Estaba distinto a otras veces.

Izuku se fué y las clases empezaron.

Izuku no podía mantener atención a las clases.

“Las heridas qué me hice ayer pican, se siente bien, me siento vivo.”

El profesor le sacó de sus pensamientos, preguntándole una duda.

—¿Eh? Lo siento, no estaba prestando atención.

La clase comenzó a reírse de él, eso no era novedad.

La clase pasó con normalidad, y llegó la hora del receso, el cómo siempre se quedaría en clases escribiendo en sus cuadernos.

Tenía dos, uno para analizar a héroes, y otro, para escribir lo qué sentía, esta vez, sacó el segundo.

“La sangre cae por mis brazos, estoy comenzando a pensar qué soy adicto, no es sólo que me hace sentir vivo, sino que me hace sentir bien, ¿Cómo se supone qué deba sentirme al respecto? Oh, y en cuanto a Kacchan, hoy le respondí en pocas palabras que me dejase en paz, ojalá sea así, odio sentir este sentimiento hacia alguien que debería odiar.
Pero es todo lo contrario, lo amo tanto...”

Izuku suspiró y cerró el cuaderno, para sacar el otro y comenzar a dibujar garabatos sin sentido, hasta qué un dibujo tuvo forma.

Él ahorcándose.

Izuku sonrió ante este pensamiento, llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo, pero tenía dos razones para no hacerlo.

Kacchan y su madre.

Lo demás, todo, daba igual.

—¿Qué mierda Nerd? -Katsuki le arrebató la libreta-

—¡Devuélvela! -se sentía asustado y desesperado, no quería que este viera lo qué dibujó-

—¿Por qué debería hacerlo? Hmm. -miró hacia el dibujo- ¿Deku...? ¿¡Qué cojones!?

En esa libreta no sólo habían dibujos de él ahorcándose, también relatos diciendo lo mucho que se odiaba, lo mucho que deseaba desaparecer, lo mucho que agradecía a la cuchilla, y más cosas, aunque todo eso en la última página, para que la gente siguiera pensando que era un friki si lo ojeaba.

—K-kacchan, devuélvelo.

—Deku...¿Qué es esto?

—Nada.

—Claro, y yo nací ayer.

—Tan sólo son apuntes y dibujos sin importancia.

—¿Sobre la muerte, sobre lo mucho que te odias, dibujos de tí cortando tus brazos y ahorcándote? ¿¡Esa mierda no tiene importancia!?

—No. -Izuku le miraba frío, pues, en ese momento lo único qué sentía era dolor, pero no quería llorar- Yo no importo. -le arrebató el cuaderno al rubio- Deja de hacer cómo que te intereso, ¿Bien? Tengo bastante con las burlas y golpes de tus amigos para que ahora vengas a fingir tú, adiós, nos vemos mañana Kacchan.

—¿Qué? ¡Pero si aún no acabó el día!

Izuku río tristemente.

—¿Acaso importa? ¿Alguna vez has visto que yo importase en este centro? No, Kacchan, la respuesta es un rotundo no.

—¿Desde cuándo piensas así? -Katsuki estaba muy tenso-

Izuku se encogió de hombros.

—Supongo qué desde que dejamos de ser amigos.

A Katsuki se le encogió el corazón, ¿Qué era ese sentimiento? ¿Culpa?

—Oi, Deku, no tienes que pensar así, eso es de débiles.

—¿Desde cuándo soy fuerte?

Katsuki sentía que cada vez la cagaba más.

Izuku se disponía a irse, pero Katsuki le agarró del brazo.

—¡A-auch!

—¿Qué? -miró hacia sus brazos y luego a los suyos, después relacionó los dibujos, todo tenía sentido, ¿Qué iba a hacer en pleno verano con manga larga?- Deku. -le levantó las mangas bruscamente y vio heridas recientes, un poco de sangre y varias cicatrices-

Izuku cambió su expresión a puro terror.

—¿Q-qué haces? Déjame. -el corazón del peliverde iba cada vez más rápido, y no por nervios, odiaba sentirse así-

—Deku, hay qué curarte esta mierda.

Izuku se separó de él bruscamente.

—¿¡Desde cuándo te importa lo que pase conmigo!?

Dicho esto, cogió sus cosas y se largó de ahí.

Pero Katsuki no iba a rendirse tan fácilmente.