7.

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-¿Q-qué haces Kacchan? -el peliverde estaba sumamente sonrojado-

-¿Hmm? -el rubio se dió cuenta de la posición en la que estaban y se volvió a sentar avergonzado- Lo siento... Estabas... ¡Muy idiota rojo! -el rubio se maldijo así mismo por no ser capaz de decir lo que pensaba-

-¿Eh? -el pecoso ladeó la cabeza mirándolo, al ver que estaba algo rojo y con el ceño fruncido dejó salir una risita-

-¿¡Ah!? ¡No te rías mocoso!

-¡P-perdón! Haha... -volvió a mirarle y rió de nuevo- ¡Hahahah!

De alguna forma Katsuki se alegraba de que Izuku estuviera riendo, aunque fuera de él.

-Idiota... -lo miró y sonrió un poco, le revolvió los cabellos con cariño- por favor, no vuelvas a hacer algo como esto... No podría soportar perderte.

Izuku abrió mucho los ojos, verdaderamente no se esperaba eso y abrazó al rubio, aunque al instante soltó un quejido, seguramente tenía bastantes huesos rotos, a pesar de eso el rubio con cuidado correspondió el abrazo.

-Jov... Oh, siento interrumpir.

Ambos se separaron al instante.

-¿Cómo se encuentra Midoriya?

-¡Bien! Algo cansado y me duelen las costillas... Pero... No siento mis piernas.

El rubio se quedó shockeado.

-Ah sí, no se preocupe por eso, es por el medicamento que le estamos dando actualmente... Las tiene destrozadas, pronto te dolerán con el infierno.

"Qué buena enfermera" pensó Katsuki irónico.

-Oh... ¿Entonces usaré silla de ruedas?

-Me temo que sí, estarás aquí unos días más a parte de que nuestra psiquiatra tiene que visitarte, sobretodo por los cortes y lo que intentaste hacer hoy.

Izuku agachó la mirada y chasqueó la lengua.

-¿Hmm? ¿A caso querría hacerlo de nuevo?

-Lo haría una y otra vez hasta que diera resultado.

Izuku en ese momento, parecía no tener sentimientos, ¿A caso estaba roto? A Katsuki le estaba sentando como un balde de agua fría.

La enfermera suspiró y le revolvió el cabello al joven.

Días después, a Izuku le dieron el alta.

-¡Izuku! -era Katsuki tocando a su puerta-

El peliverde condujo su silla de ruedas hasta la entrada de su hogar y abrió la puerta.

-Hola Kacchan, pasa.

Esto se había vuelto habitual desde que el pecoso salió del hospital, Katsuki quería enmendar lo que había hecho mal.

-¿Ya comiste, Nerd?

-Sí, ya comí, ¿Qué hay de ti?

-También, ¿Quieres hacer algo? Ya sabes... ¿Jugar videojuegos?

-¿A caso quieres que vuelva a ganarte, Kacchan?

Eso sí, Izuku había conseguido algo de confianza y era capaz de bromear, pues, sabía que el rubio ya no era como antes.

-¡Tú idiota! -frunció el ceño y cargó a Izuku estilo princesa para llevarlo a su habitación, lo sentó con cuidado en el suelo y encendió la play- Estoy seguro de que haces trampas.

-Estoy seguro de que tienes mal perder.

A Katsuki se le saltó la vena y miró a Izuku con una sonrisa.

-Si gano, me debes un helado.

-Trato~ -el joven canturreó, le gustaba la vida que estaba teniendo los últimos días, pero en el fondo... Estaba roto-

Partidas después.

-¡No puede ser! -el rubio se revolvió el pelo con exasperación mientras veía que el peliverde se reía de él- ¡No te rías! ¡Te mataré!

-¡Inténtalo, Kacchan!

-¡Tú lo pediste, Nerd!

El rubio se abalanzó encima del menor con sumo cuidado, comenzando a mover sus dedos con rapidez en las caderas de este, sacándole carcajadas, a pesar de escuchar las súplicas de Izuku se mantuvo así un rato, sus manos subían y bajaban por todo su torso y costados.

-¡KACCHAAHAAHAHAN! ¡N-NO MAAHAHAS!

El rubio se detuvo por fin, vió como el menor se retorcía y jadeaba con un fuerte sonrojo debajo suya, haciendo que este también se sonrojase, tragó pesado y se acercó al rostro del menos con cuidado, no quiso asustarlo así que empezó con un beso en la mejilla.

-¿K-kacchan?

No se opuso a nada, pero se sentía avergonzado.

-Izuku... Tú... Nerd... Ahg, te quiero maldita sea, y me jode que haya tenido que pasar todo esto para que me diese cuenta.

El peliverde se quedó callado.

-¿Qué...?

I'm Broken? [KatsuDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora