Se conocieron cuando eran pequeños, él se enamoró de ella, ella se enamoró de él.
El tiempo pasó y quiso separarlos, ambos emprendieron caminos diferentes.
El destino los quiso volver a juntar.
Él continuaba amándola, ella le olvidó .
Hasta que...
Después de pasar tres años en Japón volví a mi país natal a terminar mis estudios. Necesitaba un poco es estabilidad en mi vida así que mis padres decidieron mandarme de vuelta con mi abuela.
Terminé la primaria y empezaba la secundaria, el primer año lo hice en mi país. Extrañaba mucho a mi familia, sobre todo a mi hermano que era el que siempre estaba conmigo en todo momento. Así que decidí volver a Japón, estaba mentalmente preparada para otro cambio, estaba estable en todos los sentidos y me apetecía cambiar de aires.
Así que allí me encontraba, en la puerta de mi antigua casa. Como era de esperar mis padres terminaron mudándose a Tokio dejando aquí a mi hermano interno en una escuela. Pero la casa aún era propiedad de mi padre así que ahora sería mi casa. Abrí la puerta, todo estaba sucio y oscuro como era normal ya que esa casas llevaba como tres años cerrada. Dejé la maleta en la entrada, por suerte mis padres dejaron la casa equipada entonces no tenía que preocuparme por comprar ningún mueble. Recordaba esta casa más grande pero me gustaba que fuese pequeña y acogedora. No me veía viviendo yo sola en una mansión de cuatro pisos como mi abuela.
Hoy tenía el día libre, mañana empezaría mi segundo año de secundaría pero hoy aprovecharía para arreglar la casa e ir a comprar comida. Después de hacer todo lo que tenía pensado me sobraba tiempo y todavía no le había comunicado a mi hermano que ya estaba aquí así que decidí ir a su escuela y darle un sorpresa.
Al llegar allí pregunté en recepción por él pero me dijeron que había salido fuera, no que no tardaría en llegar por si le quería esperar. Ya que había venido hasta aquí no iba a irme sin verlo, me senté en unos asientos donde también estaba una chica esperando. Al sentarme a su lado la saludé pero aun así el silencio se me hacía muy incómodo y sin quererlo mi boca empezó ha hablar.
-¿también estas esperando?
-Sí, estoy esperando a mi hermano- dijo la chica pelirroja muy tímidamente
- Vaya coincidencia yo también- muy bien conversación iniciada, por mi parte porque ella sonrió y volvió su vista al frente. Ya daba la conversación por finalizada cuando:
- No eres de aquí ¿verdad?- se notaba curiosidad en su mirada
-No, soy de España. Pero hace un par de años viví aquí
- Se nota, eres muy abierta
- Jaja Gracias, pero en mi país soy la persona más tímida que te puedas tirar a la cara
- Puede ser por la cultura. Aquí todo el mundo es muy reservado
-Entonces voy genial- empezamos a reírnos por mi comentario y seguimos hablando de cosas sobre nuestras culturas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Por cierto, me llamo Jimena pero me llaman Jim que es más fácil de pronunciar
-Oh, yo soy Kou Matsuoka- ese apellido me era muy familiar pero no caía en ese momento porque
