Encontrándonos || Quallicchio

Encontrándonos

Hicieron el amor, en ese micro, en ese lugar que era tan especial, por el sólo hecho de tenerse mutuamente. Se encontraban abrazados, todavía desnudos, Gabriel acariciaba el cabello del menor, mientras éste estaba apoyado en su regazo. — Gabi, gracias — dijo el pequeño, rompiendo el silencio — ¿Por qué? — preguntó
— Porque nunca nadie me había cuidado tanto, si bien ésta no fue la primera vez que estoy con un hombre, te juro que así se sintió. Lo sentí como la primera vez, porque te amo — contestó, haciendo que el rizado sonría ampliamente — Yo también te amo Tato, y te quiero cuidar, para siempre — habló, y Renato se despegó de su pecho, para mirarlo fijamente a los ojos — ¿Para siempre? — preguntó, con una luz en sus ojos — Si vos me dejas, va a ser para siempre — contestó, dándole un corto beso en los labios, el pequeño sonrió en el medio de éste — ¿Estás seguro? Mira que yo estoy muy enamorado de vos, hace muchos meses — confesó con un poco de vergüenza, a medida que iba sonrojandose — ¿Y por qué nunca me lo dijiste? — lo interrogó — Porque vos estabas con ella, y yo no quería ser sólo algo pasajero en tu vida — contestó, y en su voz se notaba un poco de tristeza. Gabriel lo tomo del mentón, haciendo que sus ojos vuelvan a encontrarse — Vos no sos pasajero, nunca digas eso. Lo que siento por vos es totalmente verdadero, te amo. Sé que quizás sea difícil, pero acá voy a estar para cuidarte siempre. Me marcaste desde el primer momento que te vi Tato. — confesó con total sinceridad. — ¿Y ahora? ¿Cómo sigue esto? — Renato había vuelvo al interrogatorio
— Como quieras que siga, yo digo que sí a todo si es al lado tuyo — Gabriel estaba totalmente enamorado, y eso estaba a la vista. — Quiero que siga así, como hasta ahora, sano, puro, cuidandonos, amandonos. — dijo el menor — Que lindo es encontrarnos al fin, en cuerpo y el alma — hablo el rizado, mientras volvían a besarse.

Fin.