《3》

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〘 Instintos 〙

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Despertó por cuarta vez en esa noche. No podía dormir ni un poco, menos sabiendo en donde y con quién se encontraba. Hubiera sido sencillo con alguien más dentro del castillo, pero simplemente tendría que conformarse con estar a solas en esa habitación, y estar acompañado.

Por fortuna desagradablemente buena, el estúpido del vampiro había estado mucho tiempo en aquel sitio. Lo sabía de ante mano por la calidad de las cadenas que osaron apresarlo. Solo duró minutos en romperlas y dejar un pedazo de ellas en cada una de sus muñecas. Era mejor que estar pegado a la pared como un puto perro.

Dejando las cadenas a un lado, ahora se aventuraba penetrar cada rincón del lugar. Asustando a pequeños conejillos de polvo, los cuáles llegaron a impresionarlo por la cantidad innumerable entre los agujeros en donde debían estar ratones. Seguro la única compañía viva del bicolor.

¿Cuál sería su primer paso ahora?

Sabía lo que debía hacer. El primer problema era no saber como lograrlo. Le irritaba de sobremanera no hacer las cosas a su estilo. Tomar al bicolor del cuello hasta hacerle escupir toda la verdad. Toda la mierda que tenía dentro.

Si va directamente no podrá contra él. Maldita sea, tan sólo pensarlo le da repelús. Odia actuar de manera sutil.

Jodido vampiro doble cara.

━Estúpido imbécil...

Por otro lado.

Shouto movía su nariz percibiendo el aroma azucarado del hombre lobo. Ya no estaba en la habitación que amablemente le ofreció. Claro, amablemente es la única forma de expresarlo. Nunca le daría hospedaje en aquella habitación a nadie en particular gracias a los malos recuerdos que el cuarto cargaba, por ser el lugar de encarcelamiento de su difunta querida madre.

Esa es la razón por la que lo encerró ahí. Ni el mismo solía entrar, y el cuarto abundaba en polvo.
Se golpeó mentalmente, recordando el sensible olfato con la que cargaban los lobizones. Bakugo debió haberla pasado mal dentro, asumiendo que hace ochenta y cinco años nadie entraba, ni limpiaba las cuatro paredes de la pieza.

━¿Chi? - uno de los conejillos de polvo se había colado sobrepasando las abreviaturas del muro - ¡Chi, chi! - el tierno conejo de apenas dos centímetros de altura, movía sin parar y desesperadamente sus patitas. Dando saltos sobre la pierna de Shouto - ¡Chi!

El lindo chillido que soltaba cada vez que hablaba. Parecían ser comparadas al sonido de sus saltos, con la diferencia de que aquellos sonaban más a "ping, ping".

Está en la sala principal. Lo sé.

━¡Chi, chi, chi! - se quejó la criatura ante la leve soberbia de su señor.

Lo siento - cubrió casi de inmediato su nariz con la capa que cargaba. Podía sentir como Bakugou se acercaba de manera rápida llevando consigo su tentable aroma - Tú y los demás, vayan a distraerlo. No dejen que se acerqué a mí, ¡rápido!

Así pues, como si el inverso de la inversa se tratase. Su deseo fue lo contrario a sus órdenes. Ya que un irritado hombre lobo, había pateado la puerta de su propia habitación, interrumpiendo en ella.

Dark Vampire; ᴛoᴅoʙᴀᴋᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora