15: nervios

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Oscuridad, solo oscuridad en una habitación, las puertas se abren iluminado un poco esa oscura habitación, una sombra se notaba a una persona que llevaba una espada y un látigo, la persona sé acerco a una niña que estaba encadenada en una pared.
La niña temblaba de miedo y lágrimas caían de su rostro violentamente, la risa de la persona se escuchaba en eco mientras se acercaba a la pequeña, no intentaba zafarse de las cadenas pues además de estar paralizada del miedo sabía que era inútil tratar de escapar.

Cuando esa persona estaba apunto de golpearla, Akemi abrió los ojos, solo fue una pesadilla, la respiración de la chica estaba agitada y su corazón no dejaba de latir rápido, sin mencionar que sus mejillas estaban mojadas por estar llorando, pero algo le llamó la atención, sentía un peso en su cintura y también podía sentir como alguien estaba respirando cerca de su nuca. Miro a su alrededor y noto que estaba en una de las habitaciones de la taberna, miró de reojo a la persona que se encontraba compartiendo cama, noto como el demonio de cabello negro dormía tranquilamente en la cama, Akemi se le quedó mirando por un tiempo asta que se escuchó que alguien tocaba la puerta, en un acto repentino Akemi tiró a Zeldris de la cama.

-ay! Que te- fue interrumpido por una patada empujándolo debajo de la cama.

-ssh!- la puerta se abrió y de ahí apareció Merlin

-buenos días Akemi- miro Akemi quién estaba sentada en la cama con una enorme sonrisa

-buenos días Merlin-sama- respondió lo más normal posible

-espero que estés con un buen carácter porque en unos minutos nos iremos a otro lugar- dijo Merlin confundido a Akemi

-otro lugar?- Merlin asintió -no iremos con los demás?-

-tú nesesitas aprender a controlar tus poderes, los demás solo irán a fortalecerse pero si no aprendes a controlar tus poderes no podrás volverte Fuerte- comentó la maga y Akemi asintió con una sonrisa tranquila

-está bien, me esforzaré al máximo Merlin-sama- dijo decidida

-esa actitud me gusta- dijo para después irse

Cuando la puerta se cerró rápidamente Akemi fue para ponerle seguro y soltar un suspiro de alivio, Zeldris salió de la cama con un rostro no muy feliz.

-estuvo cerca- dijo la peli-azul aliviada y miro al demonio -oye se puede saber por qué estás aquí?- se le acercó para después empujarlo a la ventana -vete rápido antes de que sepan que estas aquí-

De un movimiento rápido Zeldris la puso contra la pared y colocó sus brazos a los lados de su cabeza, un silencio invadió el cuarto la mirada del verdugo estaba clavada en los ojos de la chica, en las mejillas de la peli-azul se apareció un color carmesí, su corazón latía muy fuerte.

- ¿que es lo que tiene pensado?- Se preguntaba la chica de ojos azules cielo

Zeldris colocó su frente en el hombro de Akemi, sus manos bajaron a la cintura de la chica y la tomo con delicadeza, está colocó ambas manos en los brazos del joven demonio.

-estás temblando- dijo asiendo que los ojos de la joven se habrían como paltos -y tú cuerpo está caliente- alzó la cabeza y colocó una mano en la frente de la chica tomando la temperatura de su cuerpo -tendrás fiebre?- dijo con duda

-s-se... se preocupa por mí?- soltó apenada mirándolo a la cara

La mirada de ambos se cruzó, una sonrisa se formó en los labios de Akemi y sin pensarlo rodeó a Zeldris con sus brazos formando un abrazo, Zeldris no sabía cómo reaccionar a tal acto, pero después de unos segundo volteo la mirada y sus brazos rodearon el cuerpo de la peli-azul.

Eres mi esclava Donde viven las historias. Descúbrelo ahora