34: lo siento

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-Akemi espera!- gritó el rey Arthur mientras seguía a la chica peli-azul que se encontraba corriendo a la salida -no puedes ir sola es peligroso!-

Arthur logró alcanzarla y la tomo del brazo para evitar que siga corriendo, Akemi trató de liberarse del agarre, no quiera que Estarossa viniera por ella y que descubra el escondite, aún que tenia  mucho miedo no quería causar problemas a personas inocentes. Akemi logró liberarse y salió del refugio para empezar a correr lo más rápido posible y también con tener cuidado de que los demonios no la descubrieran, la chica se detuvo en un callejón detrás de unas cajas para poder descansar de tanto correr.

-tengo que salir de aquí- dijo entre jadeos y miro a los lados

No vio a nadie y optó por seguir su camino, un gran jalon de su cadena la hizo cae al suelo de espaldas, tosió mientras se sobaba el cuello por la cadena que estaba en ella, al incorporarse miro a su amo, tenía una mirada sería y su cabeza estaba de lado, Estarossa la tomo del cuello, la peli-azul trató de liberarse golpeando el brazo pero era inútil.

-escapar de mí no fue muy bonito- dijo con seriedad -entenderás que mis castigos no son como los de mi hermano- dijo mientras apretaba más el cuello

Akemi soltó un gritó ahogado por el dolor y dejó de forcejear por la falta de aire, la vista de la chica estaba borrosa, el demonio empujó a la chica al suelo está intento levantarse pero recibió una patada en las costillas.

-me gusta tu voz en esa condición- dijo mostrando una sonrisa de lado -aún que no entiendo que fue lo que te vio mi hermano- su sonrisa desapareció

El peli-plateado jalo la cadena acercando a la joven quien lo miraba con miedo.

-ya ya no tienes que tenerme miedo, solo te daré una pequeña lección cuando me desobedezcas- dijo sonriente y la suelta para después alzarse -regresemos- empieza a caminar

-no quiero!- se levanta mirando a Estarossa quien se detiene a lo que dijo

-que dijiste?- la mira de reojo

-no voy a volver! No me importa lo que hagas! Prefiero morir a qué volver con una persona como tú!!- gritó la peli-azul

Con un ataque de espada le causó una gran herida en su abdomen, Akemi callo de rodillas mientras se agarraba la herida, no pudo evitar vomitar sangre por la herida profunda que Estarossa le causó.

-tener a una esclava que no sigue órdenes de su amo es inaceptable, si tantas ganas tienes de morir... - ase aparecer siete espadas negras apuntando al cuerpo de Akemi -cumpliré con lo que pides-

Las espaldas fueron lanzadas con la intención de atravesar el cuerpo de Akemi, pero el sonido del metal chocar llamó la atención de la joven, está levanto la mirada y vio al demonio que traicionó a su clan por ella, Zeldris miro con gran enojo hacia Estarossa por sus intenciones.

-hermano, que sorpresa- dijo Estarossa sonriendo muy sorprendido

Zeldris apretó su espada y una herida se apareció en pecho del peli-plateado, uno de sus corazones salió de su cuerpo cayendo al suelo, el verdugo pisoteo el corazón y el demonio vomito sangre retorciéndose de dolor.

-lo que le hiciste a Akemi jamás te lo perdonaré Estarossa- dijo con una voz fría y temerosa

Zeldris guardó su espada y tomo a la peli-azul en brazos, pero al mirar donde estaba su hermano, vio un demonio gris quien estaba listo para atacarlos pero este logro esquivarlo, varios demonios aparecieron en el camino para escapar.

[...]

Akemi empezó a despertar, desde donde estaba recostada pudo observar que era una cueva, intentó alzarse pero sintió un peso en su cintura que le impidió levantarse, está miro de reojo a la persona quien la abrazaba de la cintura, era Zeldris quien estaba tranquilamente dormido mientras estaba junto a la chica. La peli-azul se sonrojó a tope y apartó de un golpe el brazo del demonio para después retroceder sin levantarse, pues estaban dormidos en el suelo.

-p-pe-pero q-que diablos haces aquí?!- preguntó  la chica con el rostro rojo, Zeldris se sentó mientras tenía una mirada de fastidio por la acción de la chica

-un gracias estaría bien sabes?- comentó serio -no recuerdas? Te salvé la vida, me la cobre durmiendo contigo- dijo mostrándole una pícara sonrisa

Aún que Akemi estuviera eternamente agradecida de que Zeldris la rescatará de ese monstruo de Estarossa, aún seguía enojada con el verdugo por lo ocurrido en Liones, y en la forma que despertó no fue de mucha ayuda, ante lo que Zeldris dijo como si nada hubiera pasado, Akemi le dio una cachetada.

-oye ya vasta de eso!!- la miró con enojo mientras se sobaba la mejilla golpeada

-eso mismo té lo digo!! No actúes como si las cosas estuvieran bien entre nosotros!- gritó la chica mirando con enojo al demonio

-aún sigues molesta?! Deberías estar feliz de que te haya salvado!- dijo de la misma manera a la peli-azul

Ambos se miraron fijamente de forma retadora que no se dieron cuenta que sus rostros estaban cercas. Akemi le dio la espalda mientras se cruzaba de brazos e inflamaba sus mejillas haciendo un puchero, para Zeldris esa acción le fue inevitablemente tierna, no pudo evitar que una sonrisa pequeña se formará en sus labios.

La chica se levanto y se dirigió a la salida para irse, pero antes de salir sintió unos brazos rodeando su cuerpo, el verdugo la apego a ella mientras la sujetaba para que no se escapara de él. El silencio entre ellos era incómodo, solo se escuchaba los sonidos de la naturaleza, pues se encontraban en un bosque, Akemi sentía la respiración del verdugo en su nuca causándole un escalofrío.

-Akemi- la llamó el verdugo haciéndola sobresaltar, pensó que se quedarían sin hablar por un largo tiempo -yo... lo siento-

La chica se sorprendió por sus palabras, lo dijo en un tono de arrepentimiento, no podía verle la cara aún estaba dolida por lo que le hizo. Al no recibir respuesta el verdugo ocultó su rostro en el hombro de la chica.

-Zeldris?- pronuncio la chica con un leve sonrojo

-no me di cuenta de lo mucho que te hacía sufrir- dijo entre susurros pero lo suficientemente audible para la chica -e intentado reconciliarme contigo, no soporto la idea de que te alejes de mí-

-Zeldris...- pronunció la peli-azul sorprendida ante sus palabras

-perdóname- dijo el verdugo con una voz arrepentida -podrías hacerlo?...-

-... no lo sé- contestó bajando la mirada -tú amas a Gel- fue interrumpida por el demonio

-eso quedó en el pasado... lo que siento ahora jamás lo sentí con Gelda- dijo apartándose un poco y se puso frente a ella -jamás pensé que me provocarías una sensación tan agradable y tranquila cuando estoy cerca de ti- le dedica una tierna sonrisa

Los ojos azules de la joven empezaron a brillar por sus palabras, no pudo evitar una sonrisa de felicidad por sus palabras, se abalanzó sobre el demonio dándole un abrazo. Lo avía extrañado y él a ella.

Siento haber tardado pero e tenido muchas cosas que hacer y no e tenido tiempo de publicar el cap
Pero aquí está así que...

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO! ;)

Un abrazo y beso y nos leemos luego!

CHAU CHAU

Eres mi esclava Donde viven las historias. Descúbrelo ahora