Querido diario:
Como siempre, aquí estoy, frente a la ventana, escribiéndote antes de comenzar mi día.
¿Adivinas quién apareció otra vez? Pues sí, el cuervo desaparecido. Esta vez no me molestó, solo se limitó a observarme. Me sentí aliviada cuando lo vi. Al menos alguien me presta atención.
Ese chico nuevo, al que ni siquiera pude ver bien, me ignoró. Como lo oyes, pasó de mí totalmente. Aunque no lo demuestre, me jode bastante. No volví a verlo ayer, pero hoy sin dudas caerá ante mí. Como caen todos.
Busqué en mi armario un atuendo sexy pero discreto a la vez. Me pondré un jean negro ajustado, el que me regaló mi madre por mi pasado cumpleaños; que conjuntaré con un top blanco que cubre mi cuello. Si me ignora vestida así, lo declararé definitivamente gay.
Pensar en su atuendo la inundó de ganas de irse de una buena vez. Lo miró, colgado en una percha y sonrió con malicia. Había decidido que tenía que usar todos sus recursos para atraer al chico, y una vez lo hubiese conseguido, darle un poco de su propio chocolate e ignorarlo por completo.
Su plan iba a la perfección cuando entró en Fell's University. Todos, literalmente hablando, tenían sus ojos puestos en ella —o en alguna parte de su anatomía llena de curvas— y se sintió poderosa, cual madrastra mala de Blanca Nieves.
Todo comenzó a fallar cuando divisó al chico. Logró detallar su rostro de cerca y una extraña sensación la consumió. Se quedo plantada en el suelo, sin palabras, totalmente inmóvil.
《 ¿Qué hace él aquí? 》, pensó.
—¿Emma? —Hannah la despertó de su estado de shock momentáneo.
—¿Qué?
—Te quedaste... ¿hipnotizada? —Emile buscó el objetivo de la mirada de la morena y dio con el chico —Oh, ya entiendo.
Pero en realidad no entendía nada de lo que realmente pasaba por la mente de Emma. Era Brandon, el hermano menor de su ex-novio Ethan, lo que significaba que él también estaría cerca.
Emma parpadeó un par de veces, pensando aún que podría ser un efecto luminoso o una ilución óptica; pero no, definitivamente era él.
《 ¿Por qué no me reconoció entonces? 》, se preguntó, inmersa en sus pensamientos.
Cuando se dio cuenta, ya estaba caminando hacia él. La miró frunciendo el ceño ¿De veras no la recordaba? Hacía solo año y medio que Ethan y Emma habían roto —o mejor dicho, él había terminado la relación —, pero tampoco había cambiado tanto como para no percatarse de que era ella.
—¿Emma? —Brandon soltó una sonrisa de medio lado.
—Así que eres tú —ella seguía sin creelo.
—De carne y hueso —bromeó.
Ella se cruzó se brazos. No pretendía reprocharle el que hubiese pasado de ella el día anterior, hubiese sido darle mucha importancia a algo que no tenía ni la más mínima.
—¿Cómo es que estás aquí? Pensaba que estaban bien en Princeton.
—Ethan —el chico hizo una pausa, como si hubiese hablado del Innombrable —Pensó que sería bueno dar un cambio a nuestras vidas y alejarnos de nuestros padres.
Solo escuchar su nombre la irritaba. Él le había sido infiel con Ruth, una porrista que fingía ser su amiga, pero le clavó un puñal por la espalda. En cuanto a Brandon... realmente no tenía nada en su contra, pero llevaba su misma sangre en las venas y con eso bastaba para que lo detestara.
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El Cuervo
RandomHoy no he sido un buen día. Sus ojos inmersos en esa profundidad negra me están poniendo los pelos de punta. Sigue mirándome, como si de su presa se tratara. Quiero espantarlo, que se aleje de mí de una maldita vez, pero todavía sigue en mi ventana...