capítulo IX

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Audietur et altera pars

"A la otra parte también hay que oírla"


Corro tras el extraño chico de ojos grises, la entrada de urgencias se encuentra congestionada como siempre, lleno de niños, adultos, sudor y llanto, el olor a antiséptico inunda mis fosas nasales y soy detenida en la entrada por un hombre en sus 50, canoso y malacaroso, que parece afectado por el ambiente y apunto de abandonar su trabajo, miento al celador y muestro mi carnet de estudiante para reforzar la credibilidad de mi mentira, al entrar diviso a mi héroe en fuga, quien evidentemente trata de salir del hospital sin ser reconocido, sus ojos nerviosos lo delatan así como el extraño disfraz de doctor que ha improvisado, veo como su expresión cambia de ansiedad a temor en un segundo cuando su mirada se pierde varios metros hacia el frente, sigo el curso de su mirada y encuentro a joshua quien lo mira directamente, sin parpadear, como en una lucha de miradas que no asegura quien será el ganador. La tez de el ojigris empieza a perder color rápidamente y puedo reconocer los signos de un pronto desmayo, me acercó presurosa al chico quien parece tener una tendencia a meterse en problemas aún más grande que la mía, me dirigo a él con voz preocupada y le hago la pregunta más poco lógica de todas

-¿estas bien?- Sin embargo no llega a responder y veo como se desvanece en el suelo, chocando fuertemente contra el frío piso blanco.

El ruido ocasiona que el personal antiguamente ausente reaccione de inmediato y procedan a llevarlo a una camilla, donde rápidamente levantan sus piernas con el objetivo de que su circulación y por ende oxígeno llegue al cerebro, yo en uno de mis intentos desesperados de ayudar tomo uno de los pequeños sachets impregnados en clorhexidina y lo acercó a su nariz con la esperanza de que el fuerte olor lo haga reaccionar. Busco a joshua con la mirada pero no logro encontrarlo, casi agradezco que el chico héroe/caribonito perdiera la conciencia salvándose a sí mismo de un enfrentamiento directo en el que en sus condiciones tenía todas las de perder.

La auxiliar entra y procede a sujetar su mano a la camilla, ya que sus antecedentes lo hacen un paciente bastante problemático. Mi móvil comienza a vibrar y sé que es papá, decido contestar y a grandes rasgos logro contar lo sucedido, omitiendo la parte de joshua y aquella en la cual he salido corriendo tras un desconocido solo porque a logrado salvarme de un auto en movimiento y es perseguido a muerte por mi ahora peligroso compañero de clase.

Me tomo un momento para observar al inconsciente chico quien refleja unos 21 o 22 años, quizás más, sus ojos parecen cansados haciéndolo verse un poco mayor, como si llevara muchos días sin dormir, retiró el cabello negro de su frente bañada en sudor y suelto un poco la sujeción, ya que parece causarle algún tipo de daño en las muñecas, detallo sus rasgos con curiosidad, notando unas pequeñas pecas que surcan sus mejillas así como la curvatura de sus labios, la cual muestra una pequeña cicatriz, casi escondida como un secreto, dirigo mi pulgar hacia ella impulsada por una curiosidad acerca de su textura, a la vista demasiado suave, desciende suavemente por ella y no puedo evitar sentir una pequeña corriente eléctrica que es inmediatamente cortada cuando mi sujeto de exploración despierta e inoportunamente dice

-¿Disfrutando de la vista?¿sabes que mirar y no tocar se llama respetar?- seguido de una risa ladina que hace que quiera morir de vergüenza, mi pulso se acelera y siento la sangre acomularse en mis mejillas.

-Para ser alguien que acaba de desmayarse luego de tratar de huir, tienes demasiado sentido de humor- respondo sarcasticamente un poco cabreada por ser descubierta y burlada en el proceso

- Pues para ser alguien a la que le he salvado de morir arrollada por idiota, eres bastante desagradecida- Responde alzando la voz

- ¡¿Salvarme la vida tú a mí?! por favor llevo salvando tu trasero desde que ingresaste a esta clinica, si había una deuda que pagar estamos a mano ¡idiota! - digo perdiendo los estribos, me regaño interiormente por pensar que era un poco lindo y todo lo que puedo sentir en este momento es fastidio ante un sujeto tan irritante. No notó que mi regaño mental se convierte en una exclamación en voz alta lo que aprovecha para burlarse nuevamente de mí.

VERITAS TEMPORIS (la verdad es hija del tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora