ZAFIRO

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Militiae species amor est. 

El amor es una especie de guerra.


carpe diem, repito las palabras cómo mi propia alegoría con la esperanza, la sola esperanza de que se conviertan en mi epitafio final; dos palabras el descanso eterno de un alma sin esperanzas que las desea más que a su propia vida única posesión, me acerco más al acantilado y puedo sentir su atracción llamándome pidiéndome saltar y deseo hacerle caso terminaré de una vez con todas con esta vida desdichada y tormentosa que me vuelve tan infeliz, ya he causado suficiente daño en esta vida, a la persona que más me importa y a la que menos me debería importar, no debí fijar mis ojos en alguien así; esa vez no debí darle la mano, no debí ser su ayuda, no debí ser su amiga, no debí ser su consuelo y su única salida, no debí darle esperanzas, no debí jugar con su corazón y más que nada no debí besarla el dia de mi boda, es mi vida pero no debí lastimarla así; no debí confundirla así, llevarla a la decepción y dejarla caer en el precipicio. No debí, no lo merecía; no fue su corazón el que se rompió ese día en que mi padre me anunció que me casaría con el rico mercader de tebas, fue el mío que como cristal se fragmentó ante su indiferencia al ver su cara sonriente de apoyo dándome sus ridículos consejos, pidiéndome no dejar un dia sin escribirle, asegurando que nada cambiaría que solo era distancia; nada más, que todo continuaría igual, que seriamos eternamentes hermanas de crianza y que yo dolida en lo más profundo solo era una cría haciendo berrinche por estar lejos de casa, que me había confundido como siempre y que llevaba así diez años cerrada en mi terquedad pero que al fin encontraría la conciencia perdida y que en el lecho de alguien más sería libre de ser yo.

Desearía tener otra oportunidad con cuánta insistencia deseo que ese dia de lluvia que amenazaba con tirar varios árboles a la calle de piedra mi carro no hubiera doblado esa esquina y mi corazón no se hubiera paralizado por aquella niña de no más de diez año que tiritaba bajo la lluvia y a la que amenazaban ebrios marineros que habían gastado su poco sueldo en las putas del puerto pero que inconforme se atrevían a ultrajar a una pequeña raposa que mendigaba en las calles. con ira contenida mande a parar el carro y descendí para ayudar a alguien que no me lo pidió con la esperanza de ser su protectora. la lleve a mi casa la convertí en mi compañera de juegos, hice que mi familia la aceptara como una más y se volvió mi hermana de crianza y de vida, luego como una estupida me enamore, que sin conocer mucho de la vida me enfrente a una marea totalmente nueva y aun desamparada, no estaba sola porque consciente de mi cambio se esforzaba dia con dia en no hacer notable lo que ya de por sí era obvio, de esconderme de las miradas de los demás, de no darme importancia, en ignorarme cada vez que intentaba librarme de esto y compartir un poco la carga que me atormentaba y que cada vez crecía más, raye con la locura en muchas ocasiones y me dije a mi misma enferma e indecorosa, un ser totalmente aborrecible y deforme que atrevió una vez a soñar con ser feliz en un mundo donde no podía serlo, que ya por mi condición de mujer era inferior, me convertía es una total miseria por ser diferente y que en mi vicio trataba de hundir a alguien brillante con un futuro prominente y soñador que facilmente podia ser feliz pero no conmigo, no a mi lado si no separadas cómo debe ser.

carpe diem, repito aquello en donde fijó mi valor y mi indestructible muralla que me ha servido para continuar respirando; acortó la distancia de diez años de suspiros y le besó con fuerza, el corazón ya no late; ni siquiera lo escuchó porque la respiración se me acorta hasta convertirse en un pequeño murmullo que amenaza con derribar las paredes, ya no entiendo porque no lo intente antes mis propios miedo siempre de detuvieron ahora la fuerza me la dio la rabia contenida de la indiferencia, quería verla confundida, quería verla atropellada en deseo, quería verla en ese infierno en el que me encontraba desde hacía tanto, moría de ganas por hacer que su corazón hiciera sincronía con el mio y pudieran latir igual, todo deseaba de ella, quería amanecer a su lado, quería que secara mis lágrimas producto de nuestra felicidad, quería continuar así cómo habíamos vivido hasta ahora pero sin temor de herirnos, sin culpa sin remordimientos dos personas sin sexos, sin raza, sin origen caminando tranquilas una al lado de otra en una interminable playa de tranquilidad donde las voces del mundo no pudieran alcanzarnos y que al fin al cerrar los ojos nos esperamos en ese destino final para terminar como empezamos juntas, desee tanto soñé tanto que cada segundo que duró el sentir su rostro en mis manos fue eterno, magico totalmente irreal, no le solté hasta que la respiración me amenazó con abandonarme para siempre y aun a si desee continuar hasta exhalar y morir, en aquello que había idealizado por completo; aquella dulzura, aquella suavidad, aquella boca que tantas veces había visto hablar, moverse con gracia, reír y hasta hacer pucheros que me hacían desear más, dejarme embobada era su arte y se aprovechaba de ello para hacerme olvidar mi propio yo y reemplazarlo por un nosotros, pero no su cobardía era mayor que la mía y cuando al fin al borde de la desesperación, la rabia y el desamor decidí como ultima opcion para mi primer y unico amor hacerle entender que ya sobrepasamos ese hermanas y que ahora éramos algo más que ni yo misma conocía y que estaba asustada pero que no iba abandonar aun si mi propia vida dependiera de ello al fin mi decisión estaba tomada -carpe diem, pero ella, mi dulce rapoza; se cerró por completo y me culpo de su vacilación, por su falta de fortaleza y de su incapacidad de no ponerme un alto, me odio con ganas y se marchó dejándome en total apatía, nunca supuse nada, jamás creí que sus ideas pudieran llegar más allá del hecho de odiarme por mi diferencia de gustarme alguien que no debía, sabía que le hacía daño, sabía que la ponía en duda, pero yo quería que dudara; era justo y egoísta desear un poquito de correspondencia de alguien que nunca me dio nada más que amistad

VERITAS TEMPORIS (la verdad es hija del tiempo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora