Capítulo 13

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Save you - Matthew Perryman Jones

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Save you - Matthew Perryman Jones

Escuchar ese nombre de sus labios desestabilizó mi mundo completo

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Escuchar ese nombre de sus labios desestabilizó mi mundo completo. La tierra se removió bajo mis pies, la incredulidad me embargó y cegó. Giré sobre mis pies y lo encaré, su cara estaba afligida y aterrorizada, me miraba con vergüenza.

—¿Qué dijiste? —pregunté, sintiéndome furiosa, ¿cómo se osaba a pasarse por él?

—Lo que oíste, soy Dylan Grace, aquel niño inocente, tierno e ingenuo que te regalaba flores en la primaria, que tomaba tu mano cuando tenías miedo o cuando te sentías insegura —dijo, sonriendo de lado, pronunciando todo aquello con total agrado, sin embargo, yo..., no podía escucharlo, me negaba a creerle.

—Tú no eres él, no..., tú no puedes... —dije con voz trémula. Sombra ladeó sus labios en una sonrisa triste, como si mi reacción fuese la que él tanto sabía —y temía—, que pasara. Entonces, al prestar cierto cuidado en su forma de sonreír y mirarme, un tornado de recuerdos se desató en mi cabeza y otro, aún mayor, en mi pecho. Y la sensación de familiaridad se acrecentó a niveles estratosféricos, sacudí la cabeza en una negativa.

—Te dije, ¿no es así? Te dije que me aterraba decirte quién soy, que vieras en lo que me he convertido..., que te dieras cuenta que aquel niño que jugó contigo tantas veces, se convirtió en esto... —Se señaló a él mismo con repudio—..., en un monstruo, sin embargo, es lo mejor. —Me acerqué, sin poder evitarlo, hasta la verja, me aferré de los barrotes y lo encaré, deseaba que se retractara, que me dijera que todo era una pésima broma de su parte, que él no era Dylan, sin embargo, no pasó.

—¡No juegues con eso!, tú no eres él —dije, pero, cada vez más, esa verdad se iba asentando en mi cabeza. Me miró con intensidad, exponiendo todos sus sentimientos, no mentía, contemplé horrorizada. Llevé una de mis manos a mi boca, impidiendo que saliera un sollozo roto.

—Lamento que me veas de esta forma, Lucerito... —dijo con pesar, di un paso hacia atrás y frente a la verdad que acaba de enterarme, que estaba desquebrajándome de apoco, añadió—: Pero este soy yo, un monstruo, un ser lleno de odio, del que si no te alejas a tiempo, puede llevarte a la destrucción. Y ahora sí, aléjate de mí, Lucy. Aléjate ahora que puedes hacerlo —dijo, su quijada estaba tensa, sus palabras habían sido como golpes en seco. Sacudí mi cabeza en una negativa, sentía las lágrimas correr por mis mejillas, entonces, en un acto de cobardía..., corrí y me alejé, sintiendo como aquellos recuerdos tan puros y especiales para mí, se desdibujaban y desaparecían.

Contigo, nada más © [Pronto en Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora