Capítulo 17

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Born to be yours - Imagine dragons

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Born to be yours - Imagine dragons

Su manos fuertes y de tacto áspero; se afianzaron a mi antebrazo y a mi mano, tratando de —forma dulce y suave—, liberarla de ese agarre excesivamente fuerte y que estaba dejando mis nudillos blancos, enviando por ese sencillo —pero placentero—, g...

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Su manos fuertes y de tacto áspero; se afianzaron a mi antebrazo y a mi mano, tratando de —forma dulce y suave—, liberarla de ese agarre excesivamente fuerte y que estaba dejando mis nudillos blancos, enviando por ese sencillo —pero placentero—, gesto una corriente vertiginosa que viajó por toda la extensión de mi cuerpo, hipersensibilizando cada milímetro de mi piel, ralentizando la marcha de mi corazón, para que este luego rompiera a un ritmo antinatural. En ese momento, un tumulto de sensaciones se liberaron en mi pecho, otro tanto se asentó en mi estómago, provocándome latidos arrítmicos, boca seca, tacto anhelante y..., deseo.

Y como si nada de lo que sentía fuera suficiente, Dylan me llevó a nuevos límites emocionales y físicos.

— ¿Sabes?, la primera vez que te vi usando este collar, el que te di hace tantos años..., fue sorprendente, increíble a decir verdad. Y..., te confieso que no podía creerlo, es decir, han pasado casi diez años... —Su ceño se entornó, así como, sus labios se ladearon en una sonrisa incrédula, que dejaba entrever su blanca y recta dentadura, ¡Dios!, el aire se atascó en mi garganta, y no era solo por su reciente confesión, sino que, su tacto tosco y cálido, enviaba olas y olas de calor que se deslizaban por toda la extensión de mi cuerpo, abochornándolo. Añadió—: Jamás creí que todavía lo conservaras. Y vértelo fue cómo un golpe directo a mis recuerdos..., a esos en dondeiluminas todo —murmuró, mirándome con tanta atención y devoción, ¿y qué podía decir? Las palabras sencillamente no se formulaban en mi cabeza, un entretejido incoherente de pensamientos y recuerdos me golpearon con fuerza, aumentando a un nivel exorbitante todos mis sentimientos por él.

Su palma se deslizó por mi antebrazo, hasta llegar a mi otra mano, entonces, con nuestras manos enlazadas, de nuevo todo en mi pecho estalló en miles de fragmentos, todo se desdibujó a mi alrededor, para luego formarse en imágenes de nosotros en la primaria, de nosotros en esa misma posición, sin embargo, con unos cuantos años menos. Y él lo sabía. Él sabía que justo en ese momento estaba recordando..., que ese simple roce de nuestras palmas me sabía a tanto.

Contigo, nada más © [Pronto en Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora