El por qué

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Eran las 10 de la mañana, llevaba 1 hora despierta sentada en el balcón del hotel. No podía volver a dormirme. Me acosté con la cabeza dando vueltas a lo que sucedió ayer y hoy me he despertado igual. No podía parar de pensar cuando la estaba relajando, en ese momento en el solo existíamos Ana y yo, nuestras manos cogidas, nuestras frentes juntas, mirándonos a los ojos como hacia 2 años, con todo el amor del mundo y también respirando el mismo aire. Pero sobre todo no dejaba de pensar en las palabras que me dijo ayer Miriam cuando estábamos solas "a la que necesita para estar bien es a ti", es obvio que la gallega sabía cosas que yo no sabía.

- Hola -- Dijo Ana sacándome de mis pensamientos y con su voz de que se acababa de despertar.

- Hola, ¿cómo te encuentras? 

- Mejor, pero aún estoy muy cansada. -- se sentó en una de las sillas que tenía al lado.

Tras sus últimas palabras nos quedamos 10 minutos en silencio, a veces nos mirábamos y nos dedicábamos sonrisas. Es que es preciosa en serio y cuando sonríe ya ni te cuento. Entró a la habitación y cuando salió al balcón vi que había cogido su guitarra. Nada más sentarse la silla de al lado empezó a tocar diferentes canciones mientras yo la miraba con una sonrisa de tonta que cualquiera se daría cuenta de lo enamorada que estoy de ella y a la vez disfrutaba de las canciones que cantaba acompañada de su guitarra.

- ¿Has aprendido a tocar algo? -- Dijo sonriendo.

- Bueno más o menos, no mucho la verdad.

- ¿Quieres que te enseñe a tocar alguna canción o algo? es que te veo mirándome y me acuerdo de cuando te regalaron una guitarra y me dijiste que querías aprender a tocarla.  

Asentí sonriendo. Se acercó a donde yo estaba y se sentó en el suelo a lo indio mirándome. Aparté la silla en la que estaba sentada y me senté enfrente de ella, a lo indio también. Eché la manta que tenía sobre nuestras piernas ya que teníamos un poco de frío.

- ¿Qué canción quieres aprender a tocar?

- La nuestra. -- Dije mientras la miraba sonriendo.

Asintió sonriendo y me pasó la guitarra.

Estuvo 10 minutos intentando que pusiese bien los dedos sobre las cuerdas de la guitarra pero yo no me aclaraba mucho y los ponía de una forma muy extraña, según Ana de una forma más difícil de como en verdad tenía que ponerlos.

- De verdad Mimi, eres un desastre para estas cosas. Bailar y cantar lo dominas a la perfección pero los instrumentos... -- Se rió mientras miraba como se posicionaban mis dedos sobre las cuerdas de la guitarra y negó con la cabeza, la verdad es que parecían una cosa rara mis dedos de lo mal que los ponía.

- Los instrumentos no son para nada lo mío para que nos vamos a engañar. 

- Mira déjame. 

Me cogió la mano izquierda para ponerla bien sobre las cuerdas de la guitarra, pero las dos nos quedamos mirando nuestras manos cogidas y nuestros dedos entrelazados, nos miramos con una sonrisa de oreja a oreja, estuvimos así como dos bobas 2 minutos pero al final reaccionamos. 

- Bueno este dedo va aquí y este aquí. --Posicionó mis dedos sobre las cuerdas de la guitarra. - Ahora toca y verás como ya suena bien. -- Toqué como me había dicho y la verdad es que sonaba 100 veces mejor que antes.

- Yo no veo tanta diferencia a como sonaba antes War. -- Me miró negando - Admítelo Anita.

- No, ¿verdad Doblas? --Yo moví la cabeza negando. - Ahora suena bien y no como antes, que eso parecía una almeja. -- Dijo riéndose.

Vuelves (TERMINADA) // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora