Voy a hablar de tí, sin decir tu nombre.

29 - 12 - 16

Esa noche su madre y yo estábamos cociendo en una máquina muy a gusto y platicando, de repente se escuchó un ruido bastante fuerte, el cual hizo que nos espantaramos. Yo tenía un mayón, unas botas y un saco, todo era negro, mi cabello trenzado y nuevamente sin lentes.
Al voltear del lado donde se escuchó el ruido, observamos que era el. Ese chico que al verlo mi corazón no podía contener la felicidad y mi cara no podía reprimir una sonrisa. Su madre lo regañó y era de esperarse después de un tremendo susto que nos metió.
Se sentó al lado de mí, tan cerca que no pude dirigir palabra ni mirarlo. Después me habló...

-¿Y a ti qué tipo de música te gusta?
- De todo un poco, ¿Y a ti?
- Pues creo que igual
- Genial

No sabia que decirle estaba completamente muda, era la primera vez que lo tenia tan cerca. Su madre le dijo que nos hiciera unas tostadas con mantequilla, yo nunca las había probado y el hecho de que el me la preparara era increíble.
Me la comi y enseguida fuimos a entregar los tres las cortinas que habíamos hecho. Salimos y conversamos un rato:

Ella: ¿Te gustan las estrellas?
Yo: Me encantan
Ella: Escoge una y te la regalo
(Escogí una pequeña y solitaria pero era muy brillante y bonita.)
Él: Yo tambien quiero una
(Eligió una muy grande y brillante.)
Mire hacia arriba para verla, al momento de hacerlo él agarró mi cabeza y la volteo hacia otro lado.
Él: Esa es mi estrella, tu ya tienes la tuya no me la vayas a robar
Yo: Sólo la estaba observando
Él: Pues mira otra, esa no.

Me pareció bonito caminar junto a él, era tan alto, delgado y sencillamente bonito. Después de esa pequeña y (para mi) tan larga platica no seguimos hablando, pero estar junto a él era tan reconfortante y todo lo que yo quería. Llegamos a la casa donde pidieron el encargo y mientras ellos lo entregaban yo miraba nuevamente el cielo, pensando en una y mil cosas que podrían pasar entre nosotros.