Es como si todo por lo que has trabajado estallara en segundos.
Y tú estás oprimiendo el botón para hacerlo explotar.
Porque de eso te encargas, de destruir cosas; hogares, relaciones, familias, vidas. Incluyendo la tuya.
A veces te da igual, no es nada que te afecte o interese, pero a veces eso te consume, y en lo que piensas que son un par de eternos segundos, estás lastimándote, y no hablo de dolor físico, porque hay mil maneras de hacerte daño.
Cuando tienes el valor para contarle a las personas, para mostrarte débil, por alguna razón crees que los estás abrumando con algo tan insignificante.
Y cuando te miras al espejo...ni siquiera sé por dónde empezar.
Tal vez debería incluir una metáfora pequeña; nosotros estamos rotos, en mil pedazos, y buscamos lo espejos para reflejar cada una de nuestras piezas en uno diferente.
No puedes mirarte al espejo, es asqueroso, es una tortura agonizante.
Tampoco puedes pensar en si eres inteligente o no, porque no puedes concentrarte, porque apenas y eres consciente de dónde estás.
Pero puedes escucharlos, murmurando tu nombre y soltando una risa discreta, en el peor de los casos, burlándose en tu cara, fingiendo que bromean pero a ti no te causa risa porque la broma eres tú.
¿Dormir? Todo el día, o a veces no hacerlo en días.
¿Comer? Pasas de devorarte el mundo a perder por completo el apetito.
No quiero hablar de relaciones, porque te alejas, te apartas porque son demasiado para ti, son mejores que tú y serán aún mejores sin ti.
"Es la adolescencia" "estás siendo dramática" "que bueno que te sientas una mierda" "solo quieres llamar la atención"
Te juro que no, no es divertido pasar cada maldito día de tu vida esperando que sea el último, vivir sin ganas, viviendo para morir.
Que más me gustaría, que no tener porque llorar cada noche, que no pedir ayuda a gritos y que nadie te escuche.
Pero siempre nos tenemos a nosotros mismos, siempre tenemos que aferrarnos a lo que somos, seamos buenos o no.Lo dejo aquí, por si alguien lo lee, por si a alguien lo ayuda.