Busco mis miedos afuera, esperando enfrentarlos.
Y, es en las afligidas madrugadas en las que mi cuerpo de cristal se rompe, cortando mi piel.
Mientras la sangre corre, vislumbro mis temores achuchándose, listos para encararme.
Cierro mis ventanas, y al pretender asimilarlos, lo único que observo son unos ojos tristones que he acechado antes en el espejo.