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los próximos días transcurrieron normales, sólo que jeongin intentaba concentrarse en sus estudios y chan buscaba empleo ya que su madre no podría seguir ayudándole a pagar la renta de su casa. su madre estaba al borde de la jubilación y chan había flojeado por mucho tiempo sin pensar que en un momento se quedaría sin dinero con el cual pagar su casa.
ambos estaban tan ocupados que sus tiempos libre ya no coincidían y eso afectaba a su relación, ya casi no podían verse y cuando se veían eran porque coincidían cuando ambos tenían que ir a la tiene que quedaba en su barrio.
ese fin de semana, chan quiso cambiar las cosas y correr el riesgo de ser visto o reconocido, pero lo haría por jeongin y por salvar su relación.
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jeongin leía por enésima vez el primer párrafo de su libro de matemáticas, nada de lo que había en ese libro entraba en su cabeza, sólo pasa chan por su cabeza. llevaba ya media hora pensando en lo que podía estar haciendo chan y viendo su celular que no se prendía por la ausencia de mensajes por parte de su novio.
fue en ese momento que pudo avanzar al segundo párrafo cuando su celular vibró y tintineo de una manera específica; él había puesto ese sonido específico para saber cuando era de chan y cuando de algún pedazo de individuo que poco le interesaba, claro también tenía uno específico para su mamá y otro para su papá.
saltó de su cama y el libro voló hasta caer sobre el piso. jeongin revisaba su celular con ansiedad y una sonrisa inconciente.
«déjame ser tu romeo y salta de tu torre para que podamos pasar tiempo juntos».
decía el mensaje de chan y jeongin se derritió al leerlo. y luego cayó otro;
«me refiero a que salgas por tu ventana, porque quiero que vayamos de picnic al río han».
rió un poco y rápidamente se asomó por el ventanal de su cuarto y notó la presencia de chan afuera esperándolo con una sonrisa y le hizo una señal para que esperara mientras se cambiaba.
en su cabeza se proyectaba la sonrisa adornada de los peculiares hoyuelos de chan y justo allí recordó porqué chan siempre lo iba a buscar por el patio de su casa; se sintió un cobarde porque aún no le decía a su familia que salía con él y por que chan aún no podía entrar por la puerta de su casa.
intentó quitar esas ideas y se fue al ventanal, pero no encontró a chan, sino que a sus padres merodeando por el jardín seguramente hablando de las plantas que las palomas destruían. supuso que chan debía estar escondido en la parte de adelante de la casa –lado contrario donde la señora y señor yang estaban–, y corrió fuera de su casa saliendo por la puerta principal.
—casi me descubren —ríe chan antes quedarse mirando al menor que sonreía ansioso. soltó la canasta que tenía en su mano izquierda y en un hábil movimiento tomó a jeongin de la cintura juntando sus cuerpos y labios es un toque suave y placentero. jeongin rápidamente cruzó sus brazos detrás de la cabeza de chan.
a lo lejos escucharon la voz de la madre de jeongin acercarse y por eso se separaron, sacándole un gruñido a chan que quería seguir besando a jeongin.
—mejor nos vamos —habló jeongin, chan tomó la canasta y a jeongin de la mano para salir corriendo en dirección a su auto.
—tenía razón —dijo la madre de jeongin al verlos huir de su casa.
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