Lía
Estamos aterrizando en el aeropuerto Louis Armstrong en New Orleans, Nyx y yo decidimos venir al Mardi Gras.
-Amiga mía, esto será genial
-Eso espero, quiero fiesta!
Ambas sonreímos y caminamos hasta solicitar un taxi
-Nyx ¿En qué hotel nos hospedaremos?
-Reserve en el hotel Ace, se encuentra en el centro de la ciudad
Al llegar al hotel nos dimos cuenta de que es mucho mejor de lo que pensamos, es moderno, elegante pero a la vez simple y sencillo, simplemente nos encanto. Como Nyx realizo la reservación y le gusta todo a lo grande reservo la Ace Suite que es de las más grandes y mejores.
- Por fin ya estamos aquí
-Nyx, vamos, deja las maletas y bajemos a recorrer el lugar, quiero conocer
-Lía vamos llegando, por favor vamos a descansar un momento ¿sí?
Pone su cara de lastima con la que sabe me convence
-está bien pero por la noche quiero salir, no pretendo quedarme en cama
-si lo sé, es más, busca que ponerte para prepararnos con tiempo
Y así paso parte de la tarde arreglando mis cosas y buscando lo que me pondré por la noche, quiero saber a dónde podemos ir así que bajare a pedir información.
Después de unos minutos llego al lobby del hotel pero me encamino a la cafetería
-Me das un macchiato por favor
Me siento en la barra para poder disgustar el café que acabo de pedir y me encuentro observando el lugar, me encanta todo esto, la vibra que desprende esta ciudad, la gente que la habita, no sé que en particular me gusta tanto pero quiero aprovechar mi estadía aquí para conocer lo mas que se pueda.
Casi termino con mi café y es que quiero darme prisa para poder despertar a Nyx y así comenzar a prepararnos, además tengo algunos minutos que no dejo de sentirme incomoda, siento que me observan, me giro pero no encuentro a nadie en particular y no quiero averiguarlo, la piel se me eriza y no me da buena espina.
Pido la cuenta pero me indican que la cuenta esta saldada
-¿Cómo?
-Si señorita como le comento ya pagaron su café
-¿Me podría indicar quien fue por favor?
- Lo siento
Me molesta no saber quien tuvo esa atención conmigo, no conozco a nadie en esta ciudad así que no tengo ni idea, más vale que me dirija a mi habitación, me pongo de pie y frente a la barra existen varias mesas y en ellas se encuentra un hombre muy guapo que sobre sale de la multitud, su apariencia parece no encajar aquí, tiene ese aire de misterio y seductor, trae sus lentes de sol puestos y su vestimenta es completamente negra pero eso no es lo que llamo mi atención, tiene ambos brazos tatuados y lo poco que pude ver el cuello también, tiene esa apariencia de chico malo pero no parece un maleante a pesar de toda su apariencia.
Al parecer se da cuenta de que me lo estoy comiendo con la mirada ya que baja un poco sus lentes y me mira fijamente y me sonríe, me sonrojo y casi salgo corriendo.
¿Desde cuándo yo me sonrojo?.....Nunca, hasta donde yo recuerdo ningún hombre había causado eso en mí, me siento una idiota porque sé que quede como una niña boba al estarlo observando.
Kian
Hoy me encuentro acompañando a mi hermano Marco, él es quien está al frente del negocio.
-Kian ve y cámbiate la camisa yo me voy al Bar...te veo ahí-
Esta noche hubo movimiento y no precisamente del bueno, tuve que ayudar con los negocios así que tuve que mancharme las manos de sangre nuevamente, sé que es absurdo que siendo bombero voluntario brinde ayuda en diferentes emergencias y ahora aquí estoy manchándome las manos de sangre...pero no me arrepiento ellos no eran precisamente unos santos y eso calma mi conciencia.
-Mierda otra camisa de mis favoritas que tendré que desechar...Te veo en un rato más
-Ok te espero esta noche hay turistas y ya sabes lo que eso significa-
Si lo sabré, mañana celebramos Mardi Gras y en estas fechas la ciudad se llena de mujeres que vienen en busca de aventura y eso justamente necesito.
Marco es dueño del Bar Bourbon, el cual se encuentra en el centro de la ciudad y en la calle más transitada, es de los bares más populares y nuestra forma mas fácil de blanquear el dinero.
Llego al bar y esto está a reventar, la música suena bastante bien y hay buen flujo de gente, solo espero que no haya más problemas.
-¡Hermano!, venga que tenemos que divertirnos
Marco se encuentra rodeado de varias mujeres lo cual no es extraño, esto pasa siempre.
-Hey mira te presento a... ¿Cómo dices que te llamas dulzura?-
Se gira para ver a una de las dos mujeres que cuelgan de su brazo, son dos gemelas rubias y con un cuerpo de infierno, Dios esta noche me perderé entre esas largas piernas.
-Chloe
La rubia da dos pasos al frente para quedar más cerca de mí
-Chloe él es mi hermano Kian
-Un gusto Chloe...ven conmigo esta noche vamos a divertirnos-
[Día siguiente]
Me despierto temprano con algo de resaca lo cual me hace pensar que no debo de tomar como si el alcohol se fuera acabar.
Recuerdo que anoche estuve acompañado por eso me encuentro en el hotel, no me gusta llevarlas a casa.
Me remuevo en la cama para darme cuenta de que estoy solo en la habitación y con una nota en la almohada con su número telefónico, el cual por cierto no pretendo utilizar, no me enorgullece decir que soy hombre de una mujer por noche pero es la verdad, la vida que llevo no es del todo legal y vivo bajo riesgo por eso una mujer en mi vida solo complicaría las cosas.
Voy camino a la cafetería cuando el supervisor de turno me detiene, me informa que hubo problemas con unas personas y me dispongo a atenderlo.
Marco maneja el Bar y yo por mi parte administro la mayor parte del tiempo el Hotel, estos solo son una tapadera para nuestro verdadero negocio.
Después de una hora me encuentro de pésimo humor, no he desayunado así que muero de hambre y la cruda que me cargo no ayuda. Tomo asiento en unos sillones que se encuentran frente a la barra de la cafetería pero por desgracia no me apetece el café, me apetece algo más fuerte, pido un trago para calmar el coraje que traigo cuando veo entrar a una morena, tomar asiento el barra y pide un café, la observo no sé porque tanto tiempo, es hermosa, tiene un cuerpo con curvas, cabello largo obscuro y esa piel apiñonada que me encanta, sé que la estoy observando cual acosador pero no me importa, quiero que sienta mi mirada, quiero que me vea.
Le llamo a un mesero y solicito que su pedido lo pongan a mi cuenta, le pregunto si es una huésped y me indican que si, al parecer llego junto con otra joven, pido que me indiquen en que habitación se encuentra y con eso es suficiente.
Se gira y es cuando me nota, la veo de pies a cabeza y me encanta todo lo que veo, es algo bajita pero es parte de su encanto, cuando llego a su cara me doy cuenta de que se a sonrojado y eso la hace verse aun más linda, sonrió como un tonto ¿desde cuándo me pasa esto a mi?
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Al Conocerte
RomanceLía La vida no siempre es color de rosa pero después de todo no soy fan de los colores pastel, el negro va conmigo. Kian La soledad no siempre es buena, la compañía de vez en cuando hace la vida mas ligera, con su llegada aprenderé por las buenas...