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El sonido del teléfono me saca de mis pensamientos pero no le presto mucha atención.

El teléfono suena varias veces, contesto sin mirar quien es.

-¿Donde estás?- Escucho la voz de Aarón

-Fuera de tu alcance.

-No estoy para tus juegos Amy-Escucho el desespero en su voz-Necesito que me digas en donde estás.

-¿Para qué?- Bufo-¿No puedes acosarme tan lejos?

Él suspira frustrado

-Amy- Se queda unos segundos en silencio- Quieren hacerte daño, están intentando hacerme daño por medio de ti.

-¿Quienes?, ¿Por qué?- Miro a todos lados intentando encontrar algo extraño.

-El jefe de Chad, te explicaré todo después pero primero dime donde estás.

-La verdad, no lo sé-Me levanto de la banca y camino en busca de algún aviso con una dirección- Estaba en un parque, no tengo ni la menor idea de en donde estoy.

-¿Puedes ir a Rochester?

-Si, supongo que si- camino en lo que yo creo es la dirección hacia Rochester.

-Bien-Suspira por segunda vez- Si te pierdes llámame, cariño-Cuelga.

Camino de un lado a otro intentando llegar a Rochester pero llego a lugares desconocidos, son las 2 de la madrugada, todo está muy solo y ya me perdí, que maravilla.

Mientras camino desde Siracusa unas luces de auto iluminan mi camino, miro hacía atrás con la esperanza de ver el auto de Aarón pero es una camioneta negra que de pura casualidad su camino es igual al mío. 

Camino más rápido alejándome de la camioneta pero esta se acerca cada vez más, miro hacia atrás y cuando la veo tan cerca corro, corro lo más rápido que puedo. Intento sacar el teléfono de mi bolsillo para llamar a Aarón.
Escucho como abren las puerta de la camioneta y a varias personas corriendo tras de mí. Corro más rápido y doblo en varias esquinas cuando siento que los he perdido choco con una persona, la miro pero es un hombre desconocido que me sonríe antes de ponerme algo en la cabeza que no me permite ver nada.

**

8 de Noviembre de 2011

Camino lo más silencioso posible, no puedo dejar que las monjas me descubran.

Los pasillos están oscuros y el silencio inunda el lugar. Debo escaparme lo antes posible de este lugar.

Tengo la ventaja de que todos duermen o al menos eso creo.

Paso por el comedor y abro la puerta intentando no hacer ruido. Estoy a dos salones de la entrada principal, hay un guardia de seguridad rondando por el lugar; demonios.

Corro discretamente hacía el otro salón o también el salón de recreación.
Me sobresalto al sentir que el guardia está en el mismo salón que yo. Corro hacía una mesa y me escondo debajo de esta. El guardia pasa inspeccionando el lugar con una linterna, ruego internamente porqué no me encuentre; al ver que no hay nada en el lugar va hacía la puerta principal dándome ventaja al dejarla abierta.

Espero unos minutos cerciorandome de que no haya nadie; salgo de la mesa y me dirijo a la puerta principal y extrañamente no hay nadie o al menos eso pensaba.

-¿Ya te divertiste lo suficiente?-me sobresalto al escuchar la voz del guardia detrás mío.

Giro lentamente sobre mis talones en la dirección de la voz y sentí un balde de agua fría al ver al guardia junto con la directora.

-Entonces...¿Te quieres ir?-me pregunta la directora al llevarme a su oficina.

-Es lo que más quiero-digo cortante

-Bueno...-se ríe burlándose de mi- lamento decirte que es imposible, no has cumplido la mayoría de edad

No digo nada, tendré que estar cuatro años aquí. 

-Smith-la directora llama al guardia-lleve a la señorita Wood a que despeje su mente

Demonios

-No-protesto- ¡déjenme en paz!

Smith me toma del brazo y me lleva al cuarto en donde me aislaran por una semana sin comida y sin hablar...con nadie.

Soy la chica que más ha estado en ese maldito lugar, es aterrador; todo es oscuridad y silencio.

Espero que Emily no me extrañe demasiado.

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