Quiero escribirte a ti, Madre querida
los versos de mi corazón,
sangra en mí, profunda herida
que he perdido toda ilusión.
¿Y te atreves a llamarla Madre?
no eres digno de ser su hijo,
la abandonaste como un cobarde
y ella siempre te bendijo.
Como ves, ha perdido la razón
hambrienta vivió de la caridad
se marchitó su débil corazón
y tú..., no tenías piedad.
Arrodíllate y pídele perdón,
quizá El Creador te ame tanto,
ella y tú forman un solo corazón,
y Él, te permita que se levante.
Abrázala y bésala con ternura
dile ¡Cuánto tú la adoras!
has sido su hijo querido
y ella la Madre que te adora.
No importa, como tu Madrecita sea;
blanca, negra, pobre o rica
será tu más hermosa presea,
y ante tus ojos, bella y bonita.
¡Madre, Madrecita mía!
dirige hacia mí, tu dulce mirada
a tus pies, tu hijo arrepentido
y tú, mi Madrecita adorada.
¡Hijo, hijito querido!
recibe con el alma mi bendición,
piensa que jamás he sufrido,
y a ti, te dejo mi corazón.
Señor, me has dado tanto,
la mujer que me dio la vida
una Madrecita buena y santa
a quien yo no he correspondido.
Hoy grito solo por el mundo,
¿Quién tiene una Madrecita?
que la ame en lo más profundo
y sea por siempre bendita.
¡Perdóname, perdóname Madrecita!
perdona a tu hijo que te hizo sufrir,
no volverá a sangrar tu herida,
antes..., prefiero morir.
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Colores del Alma
PoetryA través de mi ventana observo el sol, nunca había sentido nada parecido, quiero gritar este sentimiento que estruja mi espíritu...