Me han dicho que la Mona Lisa
tenía la sonrisa más bella
yo digo: es la de la madre mía
nadie sonríe como ella.
Ella sonríe con el alma
ella sonríe con el corazón
ella sonríe con sus pensamientos
y con sus labios con mayor razón.
Cuando joven, mi madre era bella
con los años mucho más lo fue
adornan hilos de plata sus cabellos
y es más linda como nunca fue.
Y yo, ¿Qué os puedo contar?
mi madre era mujer soltera
mis ojos sólo la veían llorar
de día o de noche fuera.
Yo amigo, a mi madre no conocí
jamás disfruté su sonreír
no imaginas cuánto sufrí
pensando y no poder dormir.
Amigos que escucháis mi lamento
que tenéis una madre santa
no imagináis el tormento
en que se vive cada instante.
Admito la sonrisa angelical
de la Santa Virgen María,
madre de un hombre sin igual
ella es: La Madrecita Mía.
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Colores del Alma
PoesíaA través de mi ventana observo el sol, nunca había sentido nada parecido, quiero gritar este sentimiento que estruja mi espíritu...