7. Hoy es la noche.

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Dos años habían pasado, dos años desde que "el amor de su vida" lo había dejado plantado en el altar, dos años desde que pudo confiar en él mismo.

El miedo ya no le calaba los huesos, la ansiedad ya no lo astillaba, la soledad ya no lo carcomía.

Volvió a sentir el amor en quien menos lo esperaba, en quien siempre estuvo a su lado, en alguien quien depositó más horas de las que él mismo se cuidó, y no solo eso, sino en alguien que, sin dudar algunas, lo comprendió mejor que nadie; su mejor amigo: Pichit.

Admitiendo sus sentimientos, no era capáz de decirle "Me gustas" o "Quédate a mi lado" porque, era su amigo, pensar que rompería su amistad de década, a alguien quien consideró hermano por mucho tiempo, le carcomía, le ponía nervioso e inquieto.

Sabía que algo pasaba en su relación, porque también veía cómo se comptortaba el moreno, él también se ponía nervioso ante su cercanía, él también se inquietaba, y también tartamudeaba a veces enmedio de los roces que Yuuri daba intencional o sin ella. ¿Qué le sucedía? ¿Por qué actuaba así? Ni la menor idea.

Se celaban, se abrazan, se apegaba el uno con el otro, incluso dormían a veces en la misma cama, abrazados y a veces con caricias tiernas, sin ninguna otra intención.

Era obvio que algo ahí ocurría, pero ninguno se daba cuenta. Eran demasiado ciegos como para no darse cuenta de lo que hacían.

Un día, Pichit tomaba la iniciativa y daba por hecho que le diría a Yuuri sus sentimientos, pero como siempre, el miedo de perderlo le daba un cosquilleo en la cabeza para que pasara otro día, otro sin decirle.

Pichit, ¿Alguna vez te has enamorado de alguien quien nunca pensaste enamorarte?—dijo una noche en el sillón el nipón, cuando veían una película plácidamente.

—Muchas veces—se acurrucó más y abrazó al nipón de la cadera, poniendo nervioso al chico—. ¿Y tú?—miró al chico que tenía entre sus brazos.

—S-si, de hecho...—pensó si era el momento indicado para decirle, dándose valor y dijo—estoy muy enamorado de alguien, en estos momentos—miró al moreno, quien no sabía cómo reaccionar.

—¿E-en serio?—le dijo perplejo—¿Y quién es?—.

—Es alguien lindo—puso su mano derecha en la mejilla izquierda del moreno—, es amable, me cuida, me comprende—subió su mano hacia su cabello—, tiene lindo y suave cabello—le sonrió—, es muy carismático—rió ligeramente al recordar la euforia con la que le hablaba o lo miraba—, me halaga cada vez que puede—sus mejillas se tornaron de un suave color carmín—, me hace sentir único cuando me mira, cuando me habla, cuando me toca aunque sea un roce, e incluso cuando simplemente estoy a su lado, pero lo que más me gusta de esa persona—acercó más su cara hacia la de tailandés—, es que me dice algo que nadie más me ha dicho:"creo en tí"—y unió sus labios con el tailandés en un suave beso.

Blanco, todo estaba en blanco. Simplemente no lo podía creer, él lo estaba besando, él específicamente.
El bochorno que sentía en su cara era poco. Sus mejillas cosquilleban, agregando que se movían levemente por los labios ajenos. Su espalda se arqueó levemente por el increíble cosquilleo que sentía en su espalda baja. Sus brazos jalaron el cuerpo del nipón hacia él sin consentimiento.
Simplemente era maravilloso.

Se separon por falta de aire, pues el beso, aunque fué lento, duró mucho. Sus pechos subían y bajaban, intentando que sus latidos se calmaran, la adrenalina se había apoderado de sus labios.
Captando lo que hizo, Yuuri instintivamente se intentó alejar lo más rápido posible, pues según él, lo que había hecho era algo imperdonable.

Y-yo, lo si-siento...—cubrió sus labios con su mano izquierda y se dispuso a levantarse, pero su otra mano fué presa de otras.

—¡E-espe-pera!—gritó el moreno—Yuuri, yo-...—fué interrumpido.

—S-solo has co-como si e-esto no hu-hubiera pa-pa-pasado—tartamudeó con gran nerviosismo y vergüenza; sintiendo a la vez ganas de llorar por su acto, pensando que sería no correspondido.

—¡No, te equivocas!—se levantó y sujetó al nipón de los hombros con su par de manos—¡Yo no quiero olvidar esto!—se sonrojó potentemente.

—¿Qué...?—se quedó estático.

—Porque yo...—la vergüenza y los latidos de ambos empezaban a crecer—yo también...—respiro profundo—¡También me gustas!—gritó con todas sus fuerzas, viendo directo a los ojos de su amigo—No sé desde cuándo, o cómo pero...verte todos los días a mi lado, sonriendo para mí, hablándome de cómo te fue el día, tus pensamientos, verte lo felíz que eres hace que yo... que yo quiera estar a tu lado—colocó sus manos en las rojas mejillas de su amado—, cuidar tu sonrisa y, protegerte, porque yo te amo—.

Los dos, con lágrimas en los ojos, unieron sus labios. Expresando y transmitiendo sus sentimientos, lo que tanto se necesitaban, lo que tanto se amaban.

♾♾♾♾
¡ESTO SE VA A DESCONTROAAR! :0
¡POR FÍN! ¡SE BESARON!
Tenía tantas ganas de escribir este capítulo!
¡A FESTEJAR SE YA DICHO!
"6(-★ 0 ★-)9"

Algo tiene que pasar. Es muy fluff para mí 😽
Ya llegó la hora del dramón 😼

Bueno, ¿Qué les pareció el capítulo? ¿A ustedes les ha pasado tener este tipo de sentimientos con algunos de sus amigos(as)?

Después del engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora