9. Gracias por todo, Yuuri.

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-No he hablado con Yuuri desde hace meses Viktor, no sé de su vida-me dijo mi amigo, quien estaba a lado de la camilla.

-Sabes Chris, yo... quiero ver a Yuuri-al parecer ya se lo esperaba, pues sólo suspiró.

-¿Estás arrepentido de haber dejado a Yuuri?-claro que no.

-Siento que fué la mejor decisión que he tomado, incluso si mi decisión fué egoísta, prefiero verlo sonreírle a alguien más y no sonreír a una foto mía-suspiro, ya estoy cansado.

-¿Quieres que venga Yuuri?-

-No, quiero llevarme este secreto a mi tumba-agarré su mano-. Prométeme que no se lo dirás nunca, Chris-nunca me lo perdonaría.

-Te lo prometo Viktor-apretó mi mano levemente-, este secreto se queda entre tú y yo-.

-¡Yuuri! Buenos días-besó mi frente Pichit.

-No grites, todavía es temprano-subí mi cobija hasta mi cabeza.

-Yuuri~, ya son las diez de la mañana-no le hice caso, tenía sueño puesto que apenas dormimos ayer-. Bien, como no me harás caso estaré contigo-alzó mi manta y se metió como pudo, no se lo prohibí.

-Eres necio-ví su cara frente a la mía, la cual era sonriente y brillante, amo tanto su rostro sonriente.

-Yuuri, te pusiste rojo-acercó su mano y acarició mi mejilla, mientras acercaba su rostro al mío, conectamos miradas.

-Me gusta estar así, contigo-le sonreí avergonzado, él también se puso rojo.

Nos dimos unos besos y unas tiernas caricias, para luego levantarnos y empezar otro día.

Pichit propuso ir de compras, puesto que él las adora y tenía tiempo que no disfrutaba de unas. Caminamos por las tiendas, mientras él tomaba fotos fascinado, todo lo que viéramos él le tomaba fotos.

-Pichit voy al baño-

-¡Okey!-contestó sonriente-te esperaré en las bancas de allá-apuntó a unas bancas que estaban frente a una tienda de cosméticos.

Después de hacer mis necesidades, me lavé las manos y caminé hacia las bancas.

-Yuuri, cuando tiempo-escuché la voz de alguien detrás de mí.

-Chris...-me sorprendí bastante de verlo por aquí, creí que estaría en Suiza-¿Cómo has estado?-sonreí alegre.

-Realmente no has cambiado-me miraba fijamente, sentía que me quería decir algo con la mirada.

Esto es incómodo, muy incómodo.

—Y...¿Qué haces aquí? Creí que estarías en Suiza—no quiero que esto se vuelva incómodo.

—Vine a ver a un amigo, está delicado de salud y me preocupa—no me sorprende que tenga muchos amigos pero, ¿son tan cercanos?

—Oh, espero y se recupere—eso espero, realmente se vé un poco muy decaído.

—Y...¿Has conocido alguien?—¡Pichit! Me olvidé de él, más de seguro me está esperando.

Después del engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora