8. Perdón mi amor.

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Te dejé ahí, en el altar que alguna vez quise verte, verte caminar hacia mí y darme tu hermosa sonrisa, pero no pude.

-«No Viktor, no puedes cambiar de opinión, no ahora que Yuuri te estará esperando»-me dijo aquella vez Christopher, mi mejor amigo.

-«Yo no puedo, no quiero que sufra»-recuerdo el dolor que sentía, era tan grande y perfectamente tortuoso, que hasta el día de hoy no se ah apasiguado.

-«Viktor, es el momento menos apropiado para pensar, en una hora te casarás con Yuuri»-tenía razón, pero no quería que sufriera más de lo que sería mi partida.

-«Gracias por todo Chris»-con la desdicha, puse mi mano sobre su hombro y me fuí, escuchando sus reclamos que se escuchaban cada vez más lejos.

Si tan solo pudiera volverte a ver.

El hospital es un lugar frío, aunque muchas personas son amables, otras son apáticas. El olor es el mismo, las palabras son las mismas y el tiempo...ya no es el mismo.

-«Señor Nikiforov, necesito hablar con usted»-me había llamado el doctor-«. Ya no podemos hacer nada por usted, su etapa no tiene vuelta atrás»-quise que esas palabras fueran parte de un mal sueño.

Negué la existencia de esa enfermedad, no podía morir en la cúspide de mi felicidad. Había pasado tanto tiempo en la soledad, que Yuuri fué mi rayo de luz en mi oscuridad, a la que yo mismo regresé.

Actuar enfrente de Yuuri que estaba bien era un delirio; a veces los malestares venían y la sangre salía, pero no quería que Yuuri se preocupara.

Los meses pasaban y mi enfermedad incrementaba, al parecer es muy lenta pero torturosa. En dos meses nos casaríamos.

Yuuri estaba feliz, irradiaba luz con su mirada y sonrisa, si bien quizás había notado unas cosas, yo decía que estaba bien, que quizás la comida del día anterior me había caído mal o que solo eran por estrés de la boda.

Llegué a la conclusión de que no podía casarme contigo.

Quizás te lastimó, pero prefiero que pienses que te dejé plantado por alguien más, a que te hayas culpado toda tu vida por no darte cuenta de mi enfermedad, llamándote egoísta o de mil cosas, justificando mi muerte.

Te liberé de una prisión de dolor, y espero que, estés donde estés seas feliz y que estés haciendo a alguien más feliz, porque eres la luz de muchas personas, incluyéndome.

Sé que eres fuerte, Yuuri.

Yo...yo merezco morir en soledad, en compañía de la frialdad y dormido en los brazos de la muerte.

Solo te pido una cosa, tu perdón.

♾♾♾♾
Me es doloroso escribir esto y ponerme en los pies de Viktor 😿

El próximo capítulo es el final, quizás sea un capítulo un poco largo.

Después del engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora