Madrugadas

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Madrugadas que atisban recuerdos
rememoran sin balance un desborde de ternura;
como si mi mejilla volviese a sentir tus manos,
y mis cabellos revivieran tus suaves besos.

En ocasiones, una sonrisa surge del interior,
por despertar pensando que tú abrazo me arrulló.

Recuerdo tú voz y tus locuras,
la textura de tu barba presionando la mía,
el cosquilleo de tus pequeños besos al costado de mi cuello, y tu mirada profunda de ojos negros.

Aún mantengo la suavidad de tus labios
sellando los míos sin dejar de vernos,
y la intempestiva variedad de tus besos cuando hacemos eso...

Lo desgarrante y tierno
de un abrazo piel con piel,
más lo reconfortante y dulce
de una caricia que va a nacer.

Suspiros contenidos en palabras sin son,
alertan los sentidos y espabilan el corazón.

Juegos y bobearías manteniendo siempre cercanía,
contraste de ideologías que me mantienen a la expectativa.

Complicidad en las miradas que me rehuso a perder,
por un suave sello incapaz de ceder.

No veo a travez del alma, pero puedo entender
que entre miedos y desganas, esto no llegue a suceder...

Las madrugadas se hicieron para los poetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora