Capitulo 1

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EMILIA

Recuerdo la primera vez que lo vi, estaba con Antonia, su mejor amiga, ambos muriendo de risa por uno de los tantos chistes malos que él decía, me encantaba la forma en la que sus ojos azules se achinaban cada vez que reía y ese brillo en los ojos que tenía cada vez que la miraba, ese brillo que solo aparecía cuando estaba con Antonia.

Muchas veces me imaginé que era a mi a quien miraba de esa manera aunque en el fondo sabía que me estaba engañando, él nunca me miraría así porque estaba completamente enamorado de ella, me lo había dicho, nunca pensé que esas simples palabras me dolerían tanto.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que la clase había terminado hasta que escuche la voz de León

—Planeta tierra llamando a Emilia. Hey! Estás bien?

—Si solo estaba distraída pensando en algunas cosas

—En algunas cosas? O en alguien en específico?

—No quiero hablar de eso si —dije alejándome.

Sabía que si hablaba con León de él me derrumbaría y lo que menos necesitaba era eso, lo mejor que podía hacer era concentrarme en obtener buenas calificaciones para poder darle a Martina lo que se merecía.

Iba tan concentrada mirando al piso que no me di cuenta que había chocado con alguien, sabía perfectamente quien era, podía reconocer su perfume, ese que me volvía loca cada vez que lo olía. Podía tener tan mala suerte? De todas las personas de LIKE con las que podía chocar tenía que ser justamente él

—Lo siento, no te había visto Claudio

—No te preocupes, estás bien vos?

—Si, por qué lo preguntas?

—Porque últimamente andas muy distraída

—Tengo muchas cosas en mi cabeza pero nada grave, bye —dije. Me aleje lo más rápido que pude, no podía tenerlo cerca, dolía y mucho. Si supiera que la razón de mi distracción era él, Claudio Meyer, el chico que no podía sacar de mi cabeza ni de mi corazón.

Necesitaba distraerme por lo que decidí ir a la piscina a relajarme, mala idea, ahí estaba la chica que más envidiaba, y solo por una razón era ella quien ocupa el corazón del chico del que estaba perdidamente enamorada, Antonia estaba al otro lado de la piscina mirándome con preocupación, por mas que intentara odiarla no podía. Ella no tenía la culpa de que él no sintiera nada por mi.

Unos ruidos hicieron que desviara mi mirada de ella, era Ulises, le había pedido que me acompañara ya que sabía que él tampoco la estaba pasando muy bien, pero no venía solo, detrás de él estaba Claudio con una sonrisa burlesca que solo aprecia en si rostro cuando Ulises estaba cerca, y como no si era él quien ahora ocupaba su lugar, ahora era Claudio el novio de Tony. De repente nuestras miradas se encontraron, y por unos segundos creí ver en su mirada algo distinto al verme pero solo era mi imaginación, yo sabía muy bien que nunca causaría lo que ella causaba en él.

Decidí que lo mejor era salir de ahí, así que tome la mano de Ulises y lo arrastre hasta los dormitorios. Sabía que le dolía tanto como a mi ver a la chica de la que se había enamorado con otro

—Estás bien Ulises?

Él asintió pero pude ver en su mirada que no la estaba pensando bien y no solo por el noviazgo de Antonia y Claudio sino que también por su mamá. Sabía que lo que menos quería era hablar así que lo abracé, en eso se abrió la puerta y escuché esa voz que provoca tantas sensaciones en mi.

—Perdón, no sabía que estaban ocupados —dijo de una manera un tanto fría. Me giré para verlo, me sorprendió lo serio que estaba por un momento pensé que podía estar celoso, que patética soy no, Claudio celoso de Ulises y de mi

—No te preocupes, no interrumpes nada. Yo ya me iba —Me giré y le susurré a Ulises

—Si necesitas hablar con alguien, ya sabes donde buscarme —y me fui pasando por al lado de Claudio, quien me miraba de una manera que nunca lo había echo, estaba enojado por lo menos eso decía su mirada, decidí ignorar ese detalle y salí de ahí lo más rápido que pude.
[...]

Cuando llegue a la habitación las chicas ya estaban durmiendo así que entre al baño silenciosamente y fue recién ahí en donde me permití derrumbarme, lloré pero de rabia, por ser tan patética y pensar que tenía alguna posibilidad con él. Cuando sentí que había liberado todas mis frustraciones y tristezas me lave la cara y mirándome al espejo me prometí que lo olvidaría, me costara lo que me costara me olvidaría definitivamente de Claudio Meyer.

NO TE PUEDO OLVIDAR  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora