A veces siento que las cosas buenas no me pasan a mi.
A veces me siento una espectadora de la felicidad ajena.
Soy feliz cuando veo a los que quiero felices, cumpliendo sus metas, con esa sonrisa eterna que irradia luz sin que ellos se den cuenta.
A veces no puedo evitar querer que las cosas buenas me pasen a mi, suena egoísta.
Pero yo también quiero saber que se siente tener esa alegría inmensa en el alma de ver algo te tanto alemana hecho realidad.
Pero no, yo no soy de las personas a las cuales las cosas buenas le llegan, sino que soy todo lo contrario.
A veces me gustaría dejar de ser una espectadora de la alegría ajena para poder empezar a vivir mi propia alegría, para yo también poder sentir esa magia en el alma que te hace sonreír de una manera única y especial.
A veces sólo siento que esas cosas buenas le pasan a los demás, que yo solo voy a seguir siendo una gran espectadora de la alegría ajena.
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Escritos.
PoetryLas palabras que no podemos decir nos quedan en la garganta, haciendo un nudo imposible de soltar. Nos dejan sin aire, nos aplastan el alma. A veces escribir es la mejor forma de liberar ese nudo, de liberar la angustia que nos aplasta el alma.