Dos cuerpos, Un alma | Damon Salvatore

Capitulo 6: Angel Negro

Ella me miro con una sonrisa coqueta al ver como yo tomaba las llaves de su auto.
Me encantaba ver esa sonrisa, tenía algo mágico en el fondo y creo que ella lo sabía, su mirada no era del todo inocente, ella sabía lo que estaba haciendo.

—creo que esas llaves son mías

Aquello lo dijo casi riendo al tiempo que trataba de quitarme las llaves de la mano, pero yo al ser más rápido y por su puesto más astuto moví con rapidez mi brazo hacia arriba de mi cabeza.

—Esa llaves? Lo siento, creí que eran mías, pero oye, ahora que tengo el poder sobre tu auto...qué tal si te llevo a tu universidad?

—Estoy casi segura de que no sabes dónde queda, ademas...no presto mi auto

Ella me hablaba con un tono de voz suave y juguetón, noté por lo rojo de sus mejillas que si quería que yo la acompañara, pero no era una chica fácil por lo que me había dado cuenta.

—Vamos, no te puedes perder de la oportunidad de tener un conductor por primera vez

Yo seguiría insistiéndole hasta que me dejara llevarla, por alguna razón quería conocerla, me llamaba la atención, en ese momento no estaba pensando en su parecido con Elena ya que yo me había quedado completamente perdido en sus ojos miel.

—Muy bien, finjamos que te dejo llevarme, que me asegura que no eres un asesino?

La chica tenía sentido del humor, su comentario me causó gracia.
Oh, hermosa, si tan solo supieras...sin embargo no tenía ganas de hacerle nada malo a ella, mi interés únicamente era conocerla.

—Tienes razón, nada ni nadie te lo asegura, así que vamos

Ella supo que yo estaba bromeando porque inmediatamente empezó a reír, luego de aquello asintió con su cabeza y fuimos directo a su auto.

Al ir allí me di cuenta que ella era dueña de un Audi deportivo muy elegante, perfecto para ella.
Al entrar al auto pude ver las cosas que tenía dentro, dos bolsos caros y algunas otras cosas de valor.

—Por lo que veo eres de familia adinerada, no es así?

De repente me di cuenta que mi pregunta le había molestado, pero no entendía la razón del porque.

—Dije algo que te molestará?

Ella solo negó con su cabeza y luego miro el reloj de su muñeca, tal vez ya iba tarde a clase así que solo arranque el auto.
Yo conocía perfecto está ciudad, cada esquina...Todo, era mi hogar, incluso más que el mismo mystic falls, por esa razón supe perfectamente donde quedaba su universidad.

A unas pocas cuadras de haber empezado a conducir ella me miro, supe que quería decirme algo, seguramente sería por su reacción hacia aquella pregunta que le hice.

—A tu pregunta de hace rato, si, mi familia es adinerada, no me gusta hablar de ello, la gente es muy.. interesada, no se tienen amigos reales cuando se tiene ese estilo de vida.

Podía entender como se sentía, cuando aún vivía mi padre, mi situación era muy similar a la de ella, éramos de las familias más poderosas en mystic falls, sobretodo económicamente, la amistad real no era para aquellos con familia pudiente.