We Are Not Couple.{Suga Y Tu}BTS

Capítulo 8.

Salieron cogidos de la mano de allí, quedaban pocas personas en el local, y una de ellas era He Sook. _____ le sonrió con superioridad, viendo como aquella chica moría de celos por dentro.

—Gracias por esto.—Susurró Yoon Gi con seriedad, mirando hacia el frente.

—De nada, me gusta joder la vida de la gente.

Él la miró por unos segundos, observando su rostro.—Sigues roja.

—El calor del local.

—Ya, claro.—Dijo con sarcasmo, soltando una pequeña carcajada de su garganta.

—¿Qué?

—Nada, nada.

_____ tiró de la mano que tenía entrelazada a la suya, parando en seco.—¿A qué vino ese sarcasmo?

—No fue sarcasmo.—Encogió los hombros mientras la miraba con tranquilidad.—¿Vamos ya o qué? Tengo frío.

—Me pones de los nervios.—Soltó su mano y se cruzó de brazos, comenzando a caminar.

—Ya, ya, lo noté cuando estábamos en la habitación.

—¡Otra vez!

—Perdón, sale solo.

—¿Cómo tu erección?

—¿Eh?

—Que vas se galán de película cuando fue a ti a quién se le subió antes.

—Y tú te ponías roja cada vez que te decía un comentario de esos, ¿no será por qué te gustaba que lo dijera?—Alzó una ceja con egocentrismo, intentando captar su atención para que le mirara.

—¿Vamos con esas?—Se paró delante de las escaleras principales del internado, sacando la llave de su habitación.—¿Me lo dices tú que está haciendo este paripé para que tú ex te haga caso cuando en realidad ya te lo hace?

—¿Qué coño estás diciendo ahora, filósofa?

—Me parece extraño que sigas con esta mierda cuando puedes volver claramente con ella.

—Intento hacer esto lo más real posible, quiero que sufra como lo hice yo, así que cállate si no sabes.

—Pues deja de hablarme como si fuera yo la puta enamorada, porque no me gustas una mierda.

—¿Y te crees que tú a mí sí?

—No sé, eso díselo a tu pene.

—¡Hace cuánto que no follas que no sabes que eso es normal! ¡Estuvimos como diez putos minutos ahí haciendo una escena porno!

—¡Pues a mí no me pasó nada!

—Eso es lo que dices tú porque no tienes pene para que se te suba.

—Que puto basto eres.

—¡_____! ¡Deja de hablarme así!

—Paso de ti.

Sin decir más nada comenzó a subir las escaleras, con Yoon Gi siguiéndola.—Señora egocéntrica, quiero aclararle que no la estoy siguiendo. Para que recuerde que su habitación está al lado de la mía.

_____ se paró en el último escalón y sin llegar a girarse para verle, suspiró con fuerza, cerrando los ojos.—Yoon Gi di una puta palabra más y te tiro por las escaleras.

—Niñata.—Susurró mientras la rodeaba para seguir hasta su cuarto.

—Nosi, el maduro lo llaman.—Dos segundos más y llegó hasta su habitación, cerrando con un portazo.

—¡Buenas noches a ti también!

—¡Vete a la mierda!

Yoon Gi sacó las llaves y abrió la puerta, cerrando también con un golpe seco y fuerte, despertando a su amigo Jimin de un susto. Con los ojos casi cerrados del sueño, se quedó observando como el mayor quitaba su camisa y sus pantalones con terqueza para luego meterse debajo de las sábanas.

—¿Qué putas pasó ahora, Yoon Gi?

—No quiero hablar.

—Ah, otra vez.—Susurró Jimin, tirándose hacia atrás para quedar tumbado sobre la cama.

—Estábamos discutiendo porque ella se creía que yo quería tirármela y yo le decía que ella estaba cachonda por molestarla. Pues acabamos peor ya que ella empezó a decirme que le parecía raro que siguiera con ella sabiendo que He Sook está loca por mí. Y me gritaba que yo no le gustaba... ¡Y eso ya lo sé, pero me estresa que sea así de subnormal!—Pasaron unos segundos y la respuesta de Jimin aún no llegaba.—¿Por qué no dices nada?

Jimin pestañeó repetidas veces mientras lo miraba, sin soltar una palabra.—Buenas noches.—Susurró antes de girarse, dándole la espalda.

—¡Jimin!—Gritó tirándole una almohada.—¿Por qué no dices nada?

—Porque no te va a gustar mi respuesta, entonces me la ahorro.

—Jimin, dime qué pasa.

—Verás...—Se dio la vuelta, volviendo a verlo. Carraspeó la garganta y se preparó mentalmente por si recibía algún puñetazo.—Yoon Gi, si te molesta que diga que no le gustas es por algo.

—Jimin, no me gusta.

—¿Y por qué no vas con He Sook?

—Tengo que hacer de esto algo real.

—Yoon Gi... ¿Te gusta pasar tiempo con ella? Cuando estáis bien, sin discutir, digo.

—Sí.

—¿Y piensas en He Sook?

Yoon Gi se quedó mirándole por unos segundos, pensando en aquellas palabras. Se levantó de la cama resoplando mientras se colocaba la ropa de nuevo.—Maldito Jimin, fijo liándome la puta cabeza.—Soltó y sin más salió de la habitación.

—¡Suerte!

_____ estaba boca arriba en la cama con los brazos cruzados, mirando al techo con mala cara. Cogió su teléfono de su mesilla de noche y miró entre sus chats el de Yoon Gi, pero era tan orgullosa que no iba a hablarle. Dejó su móvil sobre el colchón, quejándose por lo bajo ya que no le hablaba.

Escuchó como tocaban la puerta con cortos golpes, por lo que se levantó para abrir.—Chae ya te he dicho que no te olvides de las ll...—Al mirar quien era, se quedó callada, asombrándose de quién estaba ahí.—Yoon Gi...

Yoon Gi no sabía qué decir, así que decidió no hablar. Entró en su habitación y cerrando la puerta detrás de él agarró de sus mejillas, acercándose a su rostro para presionar sus labios sobre los de ella. _____ abrió los ojos más de la cuenta, pero acabó cediendo. El chico la empujó con suavidad, haciendo que apoyara su espalda sobre la pared mientras que ella rodeaba su cuello con sus brazos. Ninguno de los dos sabían porque seguían aquel beso sabiendo que ahora estaban solos, pero eso no era problema ahora mismo.

Pasaron unos segundos allí, nada más que besándose cuando de repente la puerta se abrió, haciendo que se separaran. Chae Rin acababa de llegar.—Uy, perdón... Si hubiera sabido que estaban aquí me hubiera ido a dormir a la habitación de Irene.

—No pasa nada, ya hemos disfrutado bastante este día.—Dijo Yoon Gi, limpiando el resto de saliva que había quedado sobre el labio de _____, quién estaba más que roja.—Nos vemos mañana.—Besó una última vez sus labios y salió de allí, cerrando la puerta.

—Pues sí que se gustan mucho, que después de haber follado venís aquí a besaros, ¿eh?—Sonrió Chae Rin, alzando las cejas repetidas veces.

—Sí, mucho...—Susurró ella, aún media atontada.